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Presentado por Lisa Bishop

¿Dejas que otras personas te roben la alegría?

Todos conocemos personas que caminan por la vida actuando como víctimas de sus circunstancias. Culpan al clima, el tráfico, su trabajo u otras situaciones de la vida por ser miserables. Buscan cualquier motivo para quejarse, para estar abatidos y malhumorados. Cuando algo no les sale bien, encuentran la manera de quejarse y lamentarse. Son personas que permiten que otros impacten su alegría y que pueden absorber la alegría del aire.

Hace varios años, tomaba el ascensor con el mismo tipo todas las semanas. En un intento de hacer una pequeña charla, le preguntaba cómo estaba. Su respuesta fue: “Está bien para ser un lunes”. ¡Qué decepción! ¿Cuántas veces nos hemos sorprendido pensando eso o incluso diciéndolo en voz alta? Si los lunes dictan que tu vida será aburrida y menos que deseable, acabas de desperdiciar 1/7 de tu vida. Piénsalo. Cuando lo pones de esa manera, sin duda es una motivación para cambiar tu tono.

Tú y yo tenemos el poder de elegir nuestra actitud. En última instancia, tu estás a cargo de la forma en que respondes a las circunstancias de la vida, a las personas que te rodean e incluso a los lunes. Tienes el poder de controlar cómo reaccionas ante la vida. Nadie ni nada puede hacerte sentir o actuar de cierta manera. Y nada puede robar tu alegría a menos que le des permiso. Y este es el trato: como seguidor de Jesús, tienes una ventaja sagrada sobre la felicidad en la vida. Amigo, tienes el poder del Espíritu Santo morando en ti y ¿sabes qué? El Espíritu Santo produce todo tipo de cosas asombrosas en tu vida y una de ellas es el gozo.

Gálatas 5:22-23a dice: “El Espíritu Santo produce este tipo de fruto en nuestra vida: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio” (NTV).

Cuando el Espíritu Santo produce gozo, está produciendo alegría, deleite y alegría en ti. Si no estás experimentando alegría, tómate un tiempo para sentir curiosidad y buscar por qué. No estoy diciendo que experimentarás alegría las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año, pero si tu vida está más empañada por la tristeza, la desesperación o la infelicidad, es hora de reflexionar sobre ti mismo. Tal vez estés más enfocado en lo que no va como tú quieres en la vida y necesitas esforzarte para pensar en las cosas por las que debes estar agradecido. Tal vez estés culpando a los demás y a las circunstancias externas por tu perspectiva y disposición en lugar de reconocer tu poder para elegir cómo responderás a las circunstancias de la vida.

Si deseas vivir una vida llena del espíritu, empoderada por el espíritu santo y experimentar la plenitud del fruto del gozo, no permitas que las circunstancias externas dicten tu felicidad. Deshazte del espíritu crítico y pídele a Jesús que te ayude a contar tus bendiciones.