Play

Presentado por Lisa Bishop

Había una melodía pegajoza, decia  “Yo tengo gozo, gozo en mi corazón?” La canción a la que a menudo se hace referencia como “Tengo el gozo”, a menudo se canta en la escuela dominical y alrededor de la fogata y es un recordatorio de que el gozo es una parte esencial de la vida cristiana. El coro de la canción es:

“Y estoy tan feliz, tan feliz – 

Tengo el amor de Jesús en mi corazón 

En lo profundo de mi corazón.

Nos recuerda como seguidores de Jesús que es importante saber que la fuente del verdadero gozo está en nuestra relación con Dios. La alegría no es solo un sentimiento pasajero. Es un estado de estar firme y duradero que se puede experimentar incluso en medio de pruebas y desafíos debido a su fuente, Jesús.

La Biblia proporciona numerosos ejemplos para ayudarnos a experimentar gozo. Ya sea buscando la presencia de Dios, confiando en sus promesas o cultivando un corazón de gratitud, las Escrituras nos dicen que el gozo es alcanzable y puede traer una sensación de paz y satisfacción a tu vida diaria.

¡Pero hay cosas que pueden matar tu alegría y una de esas cosas es poner confianza en tu carne! ¿Por qué? Porque tu carne fallará y te equivocarás en la vida. Por lo tanto, extraviar tu alegría y confianza al ponerla en ti mismo y en lo que haces, lo que eres capaz de hacer, conducirá a resultados desastrosos.

Cuando se trata de poner tu confianza y gozo en el Señor y no en ti mismo, el Apóstol Pablo nos da un ejemplo sólido. En el capítulo 3 de su carta a los Filipenses Pablo dice:

“Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es ninguna molestia repetir lo que ya les he escrito, y para ustedes es útil. 2 Cuídense de esa gente despreciable, de los malos trabajadores, de esos que mutilan el cuerpo; 3 porque los verdaderos circuncidados somos nosotros, los que adoramos a Dios movidos por su Espíritu, y nos gloriamos de ser de Cristo Jesús, y no ponemos nuestra confianza en las cosas externas. 4 Aunque también yo tengo razones para confiar en tales cosas. Nadie tendría más razones que yo para confiar en ellas” (Filipenses 3:1-4).

Pablo luego pasa a enumerar más de siete razones para la confianza carnal. Y luego dice: “Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor. Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él y encontrarme unido a él; no con una justicia propia, adquirida por medio de la ley, sino con la justicia que se adquiere por la fe en Cristo, la que da Dios con base en la fe.” (Filipenses 3:7-9).

Pablo nos muestra que no debemos pensar tan bien de nosotros mismos sino regocijarnos en Jesús. Recordándonos que ganar a Cristo y ser hallado en él son las verdaderas claves de tu gozo.