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(Presentado por Lisa Bishop)

Diferenciarse de la multitud es un acto de valentía.

No hace mucho tiempo trabajé con una mujer a la que le encantaba chismear. Incluso en conversaciones informales, se notaba que estaba ansiosa por compartir algún chisme del lugar de trabajo. Le preguntaría cómo está, o qué hay de nuevo, y ella me daría esa mirada. En el que estaba a punto de decirme algo que sabía que no debía. Conoces la mirada. Tal vez incluso la hayas dado en algún momento.

Cuando un compañero de trabajo o un amigo está tratando de atraparte en un agujero de conejo de hablar sobre otra persona, se necesita valentía para diferenciarse y no darse el gusto. Nos sentimos tentados con información jugosa y puede ser atractivo subirse al carro de los chismes, pero resiste la tentación. El chisme mata culturas. El chisme socava la confianza.

Lo que pasa con los chismes es esto: si una persona está compartiendo información sobre alguien que no es suyo para compartir, puedes estar seguro de que se dará la vuelta y hará lo mismo contigo. Y socavas tu integridad si eres el que tiene los labios sueltos.

Se confiable. Ten integridad. Diferénciate de los demás. No chismees. El chisme es, después de todo, una falsa sensación de conexión. Puedes pensar que tienes una amistad cercana con alguien, pero ¿se basa en hablar de otras personas? Si es así, es una amistad construida sobre arena movediza.

Otras formas en que podemos diferenciarnos en el trabajo son ser honestos y no decir mentiras ni traicionar la verdad. Evitar hablar mal de tu jefe y evitar participar en esa reunión donde lo hundes.

Diferénciate al abstenerte de alardear o tomar el crédito por algo. En su lugar, dale a alguien más en tu equipo el reconocimiento debido, levántalo y déjalo brillar.

1 Juan 2:15 nos instruye: “No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece,..”. No amar al mundo significa que no reflejamos los caminos del mundo. Y se necesita valentía para ir en contra de la corriente.

Como seguidor de Jesús, ya has sido apartado. ¿Puede que la gente te mire raro o no te incluya porque no sigues sus reglas? Quizás. Pero mantente humilde y amable. Habrá gente que te vea viviendo diferente. Y cuando te preguntan por qué, tienes una apertura para una conversación espiritual. Puedes compartir cómo tu fe en Jesús te hace vivir y amar como él.