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Presentado por Lisa Bishop

Estamos examinando las 5 actitudes para la vida cotidiana y hoy, veamos nuestra accesibilidad.

¿Qué tan accesible eres? ¿A las personas les resulta fácil interactuar contigo o eres quisquilloso, tal vez un poco despectivo, distraído o desconectado?

A veces podemos adoptar involuntariamente una actitud que disuade a las personas de querer interactuar con nosotros. No hace mucho tiempo, trabajé con alguien que con frecuencia transmitía un ambiente de mal humor. No hace falta decir que no era muy agradable trabajar con él cuando su actitud era como una gran nube de lluvia oscura. Mientras me preparaba para ir a trabajar, me preguntaba: “¿Hoy me va a tocar la versión agradable o la de aguafiestas?” Su comportamiento creaba una atmósfera incómoda, como si caminara sobre cáscaras de huevo.

Ahora bien, todos tenemos días malos, yo incluida, pero si nos encontramos en un patrón de irritabilidad o nerviosismo fácil, llevamos una señal imaginaria que dice no molestar e interrumpe nuestra conexión con las personas. Podemos dañar las relaciones en el hogar y la oficina, y nuestro testimonio como seguidores de Jesús se ve obstaculizado.

Las distracciones digitales también pueden comprometer nuestra relación con las personas. En esta era de la tecnología, hay demasiadas oportunidades para desconectarse de las conversaciones y perder la conexión real con las personas que nos rodean. Queremos construir conscientemente conexiones con las personas, no enviar señales contradictorias. Esto puede ser particularmente desafiante cuando tenemos las manos ocupadas, pero nunca queremos estar tan ocupados que pasemos por alto la inversión en relaciones.

Cuando pienso en formas de ser que comunican accesibilidad, recuerdo Gálatas 5:22-23.

El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio (Gálatas 5:22-23). ​​

Debemos preguntarnos: “¿Mi actitud refleja el fruto de mi fe?” “¿La gente se siente amada, cuidada e incluida por mí?” “¿Expreso alegría incluso en circunstancias difíciles o llenas de estrés?” “¿Soy paciente y amable en el trabajo incluso cuando es hora de la verdad?”

Como seguidores de Jesús, tenemos una tremenda oportunidad y responsabilidad de comportarnos de maneras dignas de Jesús; maneras que pongan de manifiesto la gloria de Dios. Nuestras vidas y conductas tienen el propósito de invitar a las personas a interactuar con nosotros, no de alejarlas. A lo largo de tu día, ¿cómo puedes comportarte de una manera que genere una invitación a la conexión y les dés a las personas la sensación de que eres accesible?