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Autoestima

Eso suena muy extraño, ¿no? ¿Cómo podría la autoestima ser un peligro? Después de todo, en todos los lugares en los que estamos escuchamos que realmente necesitamos una buena autoestima y debemos sentirnos bien con nosotros mismos para tener una buena vida.

Bueno, hay dos problemas clave con nuestra búsqueda de autoestima:

  1. Estamos buscando lo incorrecto.
  2. Estamos buscando en el lugar equivocado.

La autoestima, sentirse bien consigo mismo, es un oxímoron bíblico, una autocontradicción. La Biblia nos dice que nuestro propio ser natural está infestado de pecado y no es capaz de nada bueno. Aprendemos que incluso las mejores cosas que podemos hacer parecen ser trapos sucios para Dios. Entonces, sentirse bien por algo que es inherentemente pecaminoso y egoísta es buscar lo incorrecto.

Durante diez largos años busqué la autoestima y traté de sentirme bien conmigo misma. Pensé que una carrera exitosa lo haría, pero lo logré y lo encontré vacío. Pensé que la relación correcta con un hombre me daría esos buenos sentimientos, pero las relaciones iban y venían, y ninguna de ellas me trajo la satisfacción que quería. Compré casas y ropa y acumulé cosas y reconocimientos, pero cuanto más acumulaba sobre lo que se suponía que me traería buena autoestima, más vacía me volvía.

Si buscas autoestima hoy, estás en el mismo peligro que yo. Es un camino sin salida que no te lleva a otro lugar que al vacío y la decepción. Permíteme animarte a abortar esa búsqueda infructuosa y, en cambio, pon tu corazón en conocer a Dios. Jeremías escribió:

 El Señor dice No se enorgullezca el sabio en su sabiduría, ni el poderoso en su poder, ni el rico en su riqueza. 24 Sientan orgullo sólo de esto: de conocerme bien y comprender que yo soy el Señor que exige vivir de manera justa y actuar siempre con rectitud, de saber que mi amor es firme, y que así me gusta ser.”, (Jeremías 9: 23-24).

Prepárate para conocer y entender a Dios. Cuanto más lo hagas, mejor te sentirás contigo mismo. Te lo prometo, es verdad. La buena autoestima viene como un subproducto de conocer a Dios cada vez mejor y apreciar quién eres a los ojos de Dios.