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¿Sabes que eres a quien Jesús ama? El apóstol Juan se refirió a sí mismo como aquel a quien Jesús ama porque esa era su identidad. Si le preguntabas: “¿Quién eres?”, Él decía: “Yo soy el que Jesús ama”.

Quiero desafiarte a que te veas a ti mismo como el amado de Jesús. Saber que Jesús te ama, vivir en la realidad de que Dios te conoce y ama personalmente, es simplemente un cambio de vida. Te da confianza; te da coraje; te da consuelo; le da significado, seguridad y esperanza a tu vida.

Cuando Lázaro estaba enfermo, las hermanas llamaron a Jesús y dijeron: “Señor, el que amas está enfermo” (Juan 11: 3b). Ese fue su llamado a Jesús: apelaron sobre la base de que sabían que Jesús amaba a Lázaro.

¿Cómo te acercas a Jesús? Oras: “Señor, el que amas te necesita”. O “Señor, vengo a ti porque soy a quien amas y sé que te preocupas por mí”. ¿Cómo te ves a ti mismo? ¿Puedes decirlo en voz alta: “Yo soy el que Jesús ama”?

¿Qué diferencia haría en tu vida si realmente comenzaras a disfrutar del conocimiento diario de que eres el amado de Jesús? Judah Smith escribe: “Las personas que saben que Jesús los ama, que saben que Jesús está con ellos y para ellos; esas personas no solo pueden soportar el dolor, la pérdida y la dificultad, sino que pueden salir al otro lado más fuertes y mejores”. (Jesús es_______. P.159)

Y aquí hay un punto realmente importante: cuando estamos seguros del amor de Dios por nosotros, somos libres para amar a los demás. Y así es como el mundo sabe que somos discípulos de Jesucristo, por el amor que tenemos por los demás.

Uno de los grandes beneficios secundarios de ver tu identidad como la de quien Jesús ama, y vivir en la libertad de ese conocimiento, es que te libera de ti mismo. ¿Te diste cuenta de que eres el mayor problema que tienes? Es cierto para todos nosotros. Y cuando puedas superarte a ti mismo, cuando estés tan seguro de que eres valorado y especial y significativo porque eres amado por Jesús, entonces simplemente te moverás hacia el gozo del olvido de ti mismo. Y cuando no tienes que pensar tanto en ti mismo, eres libre de pensar en los demás.