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Los Proverbios actuales pueden convertirse en buenos recordatorios de cómo mantener la actitud de Jesús en nuestras vidas.

Recientemente me presentaron este proverbio actual: Dar sin recordar; recibir sin olvidar. Ahora, este te hace detenerte un minuto para obtener el impacto total. Dar sin recordar, eso significa tener un corazón de servicio que se deleita en dar y lo hace sin siquiera pensar en recibir algo a cambio.

Pablo escribió esto a los Corintios: “Cada uno de ustedes debe dar lo que haya decidido en su corazón dar, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9: 7).

Todo lo que damos (dinero, tiempo, experiencia, un oído atento) debe darse con alegría sin esperar nada a cambio, solo por el puro placer de dar. Dios ama al que da con alegría. Eso es importante de recordar, ¿no te parece? Cuando tú y yo damos sin recordar, de corazón de siervo lleno de gozo, ¡Dios lo ama! Y Jesús nos dijo que es más bienaventurado dar que recibir. Estoy llegando a entender eso y a experimentarlo más que nunca. Ojalá me hubiera dado cuenta antes, pero la verdad es que si realmente quieres divertirte, sentirte bien y ser bendecido, simplemente da algo a alguien que lo necesite. ¡Y eso es especialmente cierto cuando das sin recordar!

Luego “recibe sin olvidar”. ¿Recuerdas la historia de cuando Jesús sanó a diez leprosos? Los hombres eran marginados debido a su enfermedad, y se pararon a la distancia gritando a Jesús: “¡Maestro, ten piedad de nosotros!” Cuando los vio, Jesús los sanó de su lepra. ¿Qué tan grande fue ese regalo? Pero sólo uno de los diez, que era samaritano, ni siquiera judío, volvió y se arrojó a los pies de Jesús y le dio las gracias, pero no los otros nueve. Jesús preguntó: “¿No fueron los diez limpiados? donde están los otros nueve? ¿No se halló nadie que volviera y alabase a Dios, excepto este extranjero? (Lucas 17: 11-17).

Es difícil creer que esos nueve simplemente tomaron este increíble regalo de Jesús y “lo recibieron sin recordarlo”. Jesús también lo encontró difícil de creer. Tú y yo, como seguidores de Cristo, debemos ser personas agradecidas que nunca se olviden de dar las gracias por lo que recibimos, de Dios y de otros. Un corazón verdaderamente agradecido debe ser nuestro sello distintivo, y debe expresarse con la mayor frecuencia posible.

Dar sin recordar y recibir sin olvidar. Espero que el proverbio actual se quede grabado en tu mente.