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¿Qué parte de la historia de Navidad es tu favorita? La increíble fe de María, esa joven judía que acepta su asignación de dar a luz como virgen al Mesías, es una de mis partes favoritas de la historia de Navidad. Su papel en la vida no fue nada fácil, pero las Escrituras dicen que fue bendecida entre las mujeres.

O puede elegir la historia de los ángeles que se aparecen a los pastores. ¡Qué espectáculo debe haber sido! Me sigo imaginando lo asustados que debieron estar esos pastores al principio. Y sabemos que después de que vieron al Niño Jesús, se lo contaron a todos. Me pregunto si sus amigos y familiares les creyeron. Me pregunto si les pareció un cuento tonto a quienes lo escucharon.

Pero, ¿alguna vez has pensado en las madres de los bebés varones que fueron asesinados por Herodes debido a su paranoia? Cuando escuchó de los sabios que había nacido un rey de los judíos, quiso asegurarse de que nadie jamás amenazaría su reinado como Rey de Judea, por lo que ordenó locamente que a todos los bebés varones menores de dos años en la región de Belén fueran sacrificados.

¿Qué pasa con la madre que recibe un fuerte golpe en la puerta, o su puerta se rompe, cuando los soldados romanos entran y le arrebatan a su bebé? Quizás estaba empezando a caminar; tal vez fue su primer hijo; tal vez había sido estéril durante mucho tiempo y finalmente le nació este bebé. Y ahora, observa impotente cómo se lo quitan sin piedad y lo matan. ¿Por qué? Porque había una remota posibilidad de que él pudiera ser de lo que se enteró el rey Herodes.

¿Le dieron alguna explicación? Lo dudo. ¿Había oído siquiera que el niño Jesús había nacido en Belén? Probablemente no. ¿Qué razón había para matar a su bebé debido a este bebé rey desconocido? Todo lo que le queda son preguntas, dolor y brazos vacíos. El profeta Jeremías lo predijo:

“En Ramá se oyó una voz, llanto y gran lamento. Raquel llora por sus hijos, se niega a que la consuelen, porque están muertos” (Mateo 2:18).

Fue un alto precio pagado por muchas madres esa primera Navidad. Sin embargo, el Niño Jesús nació para morir y su madre lo vio morir unos 34 años después, pereciendo en una cruz, pagando la deuda por tus pecados y los míos. Piensa de nuevo en esta Navidad de 2020 en todo lo que sucedió esa primera Navidad, para que tú y yo podamos tener perdón y paz a través de la muerte, sepultura y resurrección de nuestro Salvador, Jesucristo.