Play

Si te haspropasado“, y has dado no solo tu capa sino todo tu guardarropa, es hora de detenerte y preguntarte cuántas millas adicionales debes recorrer. Jesús no nos llama a aguantarlo todo, a simplemente a recostarnos y permitir que la gente nos atropelle. Y si lo dejas continuar, perderás el respeto por ti mismo, los demás lo perderán por ti y, finalmente, explotarás en algún lugar, con alguien de manera inapropiada. 

Pero al pensar en tu propia situación particular, la primera pregunta que debes responder honestamente es “¿Voy a hacer el primer esfuerzo adicional?” En esta sociedad, donde luchamos con uñas y dientes por nuestros derechos individuales, ir más allá no es una filosofía popular. Y podemos encontrar que nos resistimos a ir incluso esa primera milla extra. Pero Mateo 5 nos enseña este principio de hacer más de lo que se nos pide, más de lo que otros dirían que es necesario. Cualquiera sea la forma que tome esa milla extra, primero tenemos que recorrerla milla, antes de tomar cualquier otra medida. 

Para aquellos de ustedes que hacen la milla extra, quiero agradecerles y alentarlos a que no renuncien. Aborden las situaciones fuera de control que existen, sí, pero no vuelvan a meterse en ese caparazón de “Haré lo que tengo que hacer y nada más”.  

No hay duda de que es posible recorrer muchos kilómetros más, convertirse en un aguanta todo y permitir que ese tratamiento te ponga amargado y enojado. Y con esa actitud, es imposible amar y preocuparse verdaderamente por los demás y compartir el amor de Cristo con las personas en tu mundo. 

Pero tienes que recordar que estás llamado a ser un sirviente, y eso requiere una actitud de milla extra. Jesús ciertamente practicó ese principio, y nos advirtió que en este mundo sufriremos persecución. Pero anímate, él dijo, porque él ha vencido al mundo.