Play

¿Tienes una necesidad en tu vida en este momento que es mayor que tus recursos? Podría ser una necesidad financiera. Puedes estar abrumado con las cuentas o la pérdida de un trabajo o ingresos. Tal vez sea una necesidad familiar: una pareja que no es creyente, o hijos que no caminan con Dios, y no ves forma de alcanzarlos. Tal vez sea una necesidad de salud: tu salud o la de alguien que amas, y no ves cura. Tal vez estés abrumado emocionalmente y no puedas ver cómo alguna vez encontrarás la curación para esas emociones dañadas.

Quiero que veamos una historia muy familiar en la Biblia porque nos da un gran plan de acción cuando enfrentamos grandes necesidades en nuestras vidas. Recuerda al niño que dio su pequeño almuerzo para alimentar a una multitud, como se encuentra en Juan 6: 1-15. Aquí hay un caso clásico donde la necesidad era mucho mayor que el recurso, y hay algunos principios importantes en esta historia.

Primero nota que Jesús probó a los discípulos para ver cómo reaccionarían. Preguntó a los discípulos: “¿Dónde compraremos pan para que coman estas personas?” Los discípulos respondieron tal como lo hacemos cuando enfrentamos una necesidad imposible. Buscaron sus propios recursos y trataron de resolver el problema ellos mismos. Esto, por supuesto, los desanimó enormemente, porque la necesidad era mucho mayor que sus propios recursos.

Felipe dijo: “¡Ocho meses de salario no comprarían suficiente pan para que cada uno muerda!” Felipe contó el dinero e inmediatamente informó al Señor: “Olvídalo; No podemos alimentar a esta multitud. ¡Cuesta demasiado, no tenemos dinero! ”

Andrés le dijo a Jesús: “Aquí hay un niño con cinco panes de cebada pequeños y dos peces pequeños, pero ¿hasta dónde llegarán entre tantos?” La necesidad era mucho mayor que la poca comida que Andrés podía encontrar, por lo que estaba listo para darse por vencido.

Así que, Felipe y Andrés fallaron la prueba del Señor. También he fallado mucho en esa prueba, ¿y tú? Miro mi necesidad y sacudo la cabeza y digo: “Oh, Dios mío, no hay respuesta”. Y eso es porque miro mis respuestas, mis recursos, mis ideas, y son insuficientes, Felipe y Andrés hicieron una evaluación adecuada de sus recursos insuficientes: no podían alimentar a esa multitud. Pero se detuvieron allí. Necesitamos aprender de su error.

Independientemente de la necesidad que estés enfrentando hoy, no importa cuánto más grande sea que tus recursos, recuerda que Jesús tiene ideas y planes en los que ni siquiera has pensado. Y recuerda, él puede estar probando tu fe, ¡así que no te desanimes y no te rindas!