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¿Cómo puedes seguir creciendo, emocional, mental y espiritualmente? Una vez que naces de nuevo por fe en Jesucristo, comienzas un viaje que continúa hasta tu último día en la tierra. Y en ese viaje te estás volviendo a la imagen de Jesucristo. Y aquí está lo sorprendente: cuando estás creciendo espiritualmente, volviéndote más como Jesús, también estás creciendo emocional y mentalmente. ¡Estás mejorando en todos los sentidos!
El crecimiento espiritual es un proceso continuo, pero debe ser alimentado y ayudado. Entonces, ¿qué haces regularmente para asegurarte de que estás creciendo de manera saludable? La medida más importante de tu crecimiento es determinar si eres cada vez más como Jesús. Pensar como él, hablar como él y tener un corazón como el suyo.
Quiero darte algunas sugerencias que podrían ayudarte a estimular tu crecimiento espiritual, y que a su vez también te harán madurar emocional y mentalmente.
Pídele a Dios que te ayude a verte a ti mismo como él te ve.
Durante años le he pedido a Dios que me ayude a ver a otras personas como él las ve, y esa es una muy buena oración. Pero igualmente importante es pedirle a Dios que te ayude a verte a ti mismo como Dios te ve a ti.
Todos tenemos nuestras propias imágenes que se han desarrollado a lo largo de los años, pero el hecho es que podemos ser engañados sobre nosotros mismos. El autoengaño es mentirnos a nosotros mismos y creer en nuestras mentiras. La cuestión es que no nos damos cuenta cuando nos estamos mintiendo, pero sucede. Escucha lo que dice la Biblia:
Gálatas 6: 3: si alguien piensa que es algo, cuando no lo es, se engaña a sí mismo.
Santiago 1:26: Si afirmas ser religioso pero no controlas tu lengua, te engañas a ti mismo y tu religión no vale nada.
1 Juan 1: 8: Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad.
Imagina que eres un escultor. Un escultor mira un pedazo de piedra y decide cómo quiere cambiarlo. Luego, el escultor se va a trabajar, poco a poco, transformando la piedra en una hermosa imagen. Lleva tiempo, es una transformación gradual, pero finalmente se convierte en lo que él quiere que sea.
¿Puedes verte como una pieza de piedra que está en proceso de convertirse en una obra de arte, la obra de Dios? La Biblia enseña que Dios es el alfarero y nosotros somos el barro; él es el escultor y nosotros somos los que cambiamos por su poderosa mano. Entonces, el primer paso para el crecimiento espiritual es pedirle a Dios que te ayude a verte a ti mismo como él te ve a ti y luego permitirle que se aleje hasta que te conviertas en su imagen cada vez más.