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¿Qué podría ser peor que una pandemia que tomó al mundo por sorpresa y la Organización Mundial de la Salud nos dice que ha habido casi un millón y medio de muertes relacionadas con COVID-19 en todo el mundo? Todos nos hemos visto afectados negativamente por este virus de una forma u otra. Entonces, esta pandemia ha sido una maldición, ¿verdad? Quiero decir, ¿cuántas veces has lamentado tus pérdidas este año debido a este virus no invitado e inmerecido?

Pero a medida que este año llega a su fin, con la gran esperanza de que el próximo sea mejor para todos nosotros, creo que debemos contar las bendiciones y los beneficios que provienen de esta maldición.

Santiago nos exhorta en el segundo versículo de su carta: ” Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se encuentren en diversas pruebas”. Y habla por experiencia, mientras dirigía a la iglesia en Jerusalén a través de tiempos muy difíciles de persecución y miseria. Sin embargo, él nos dice que “lo tengamos por sumo gozo”. Entonces, ¿has considerado este año 2020 como “sumo gozo” al enfrentar muchas pruebas?

Si solo te concentras en las dificultades del 2020, te perderás las bendiciones que están ahí para ti, justo en medio de las dificultades. Como en ningún otro momento que yo recuerde, hemos tenido que confiar en nuestra creencia de que Dios es soberano. Hemos tenido que creer esto, aunque no lo comprendamos. Nada está fuera de los poderes de Dios. No pasa nada sin su permiso.

Isaías 45: 7 y 9 dice: “Yo formo la luz y creo las tinieblas, yo envío los buenos tiempos y los malos; yo, el Señor, soy el que hace estas cosas…¡Qué aflicción espera a los que discuten con su Creador! ¿Acaso discute la olla de barro con su hacedor? ¿Reprocha el barro al que le da forma diciéndole: “¡Detente, lo estás haciendo mal!”? ¿Exclama la olla: “¡Qué torpe eres!””?

Y sabemos por Romanos 8:28 que todas las cosas obran para nuestro bien cuando amamos y servimos a Jesús. Eso es fácil de citar cuando suceden cosas buenas, pero ¿has recordado esa promesa durante este año de pandemia?

A pesar de todo el dolor que ha causado, esta pandemia nos ha hecho creer y confiar en la soberanía de Dios como nunca antes. Esa es una gran bendición que recibimos desde el 2020 hasta el resto de nuestros días.