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¿Has contado tus bendiciones del COVID? Este es el último día del 2020, un año que siempre asociaremos con COVID-19. Un año que trajo muchas dificultades a nuestras vidas, muchas pérdidas y muchos inconvenientes. Un año que preferimos no afrontar nunca más. Pero a pesar de todo, como seguidores de Cristo, podemos ver la mano de Dios convirtiendo lo que llamamos una maldición en una bendición para nosotros.
Parece que el mundo se ha visto obligado a aprender algo de humildad. Los expertos más inteligentes han tenido que admitir que esta pandemia ha demostrado que no pueden resolver todos los problemas. Realmente ha puesto de rodillas a países y personas. Esto es realmente bueno para nosotros, reconocer lo que siempre ha sido cierto, que nuestra esperanza no está en grandes líderes u organizaciones; nuestra esperanza está solo en Dios.
Esta pandemia nos ha mostrado nuestras debilidades en nuestros sistemas e instalaciones de salud. La gente ahora sabe que necesitamos enfoques diferentes y mejores de los sistemas de salud del mundo.
Hemos aprendido que nuestro trabajo puede realizarse lejos de los centros de las ciudades y los atascos de tráfico, e incluso de manera más eficiente. Una amiga que trabaja para un banco y su esposo han estado trabajando desde casa desde que comenzó la pandemia. Ella me dijo que le encanta, que es mucho más productiva y que le ahorra mucho tiempo de viaje y molestias. Ella duda que alguna vez vuelvan a tener un entorno de oficina total. Y para muchos esto está demostrando ser una mejor forma de trabajar y vivir, aunque por supuesto, no es posible para todos.
Entonces, al celebrar el Año Nuevo, no olvides agradecer a Dios por las cosas buenas y las muchas bendiciones que nos ha derramado debido a este inusual y loco año 2020.
