Play

Uno de los regalos más maravillosos que podemos tener en nuestra vida es el regalo de un amigo verdadero y de confianza, alguien que ama en todo momento, que ríe cuando reímos y llora cuando lloramos, que nos dice la verdad en el amor y que nos ayuda cuando caemos. ¿Tienes un amigo así? Si solo tienes uno, eres bendecido.

Una pregunta realmente importante que debes hacerte es: ¿Eres tu ese tipo de amigo de las personas a quienes Dios ha puesto en tu vida? Un buen amigo es aquel que guarda confianza. Cuando alguien te confía información que es confidencial, ¿tienes mucho, mucho cuidado de no traicionar esa confianza? Esa es una confianza que debemos tomarnos muy en serio.

Proverbios 11:13 dice: “El chisme delata la confianza, pero la persona de confianza guarda el secreto”. Y en Proverbios 20:19 nos recuerda nuevamente que, “Un chisme traiciona una confianza, así que evita a cualquiera que hable demasiado”. ¿Pueden tus amigos confiar en ti para mantener su confianza?

Ahora, invirtamos esa pregunta y preguntémonos qué hacemos cuando alguien traiciona nuestra confianza. David tuvo esa experiencia; escribió en el Salmo 41: 9: “Incluso mi amigo íntimo, alguien en quien confiaba, uno que compartía mi pan, se ha vuelto contra mí”. No dice exactamente a quién se refería, pero es probable que fuera Ahitofel, el consejero de confianza de David. Ahitofel conspiró con Absalón para derrocar a David y hacer rey a Absalón. Este era un hombre que había sido durante años el consejero más cercano de David, y ahora se convierte en su enemigo oculto.

Nada puede doler mucho más que tener un amigo que te traiciona. ¿Qué puedes hacer? Bueno, recuerda que la venganza le pertenece al Señor, no a ti. No intentes igualar la puntuación; deja que Dios haga eso.

Luego sigue las instrucciones de Jesús de orar por tus enemigos y hacer el bien a aquellos que te maltratan. Encuentra algo bueno que hacer por ese amigo que te ha traicionado. Evidentemente, la amistad cambiará porque la credibilidad y la confianza se han destruido. Pero disponte a perdonar, incluso si no te lo piden, y no permitas que la traición de tu amigo te provoque amargura y enojo.