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Todos tendemos a vivir como si estos días aquí en la tierra fueran innumerables, ¿no es así? Naturalmente, no pensamos en el hecho de que nuestros días en la tierra no serán para siempre. Pero como escribió David en el Salmo 39: 5: “La vida que me has dado no es más larga que el ancho de mi mano. Toda mi vida es apenas un instante para ti; cuando mucho, cada uno de nosotros es apenas un suspiro»… ”

Y nuevamente en el Salmo 103: 15-16 dice: ” Nuestros días sobre la tierra son como la hierba; igual que las flores silvestres, florecemos y morimos. El viento sopla, y desaparecemos como si nunca hubiéramos estado aquí.”.

David no nos está diciendo que nuestras vidas no tienen sentido, sino que nos está recordando que, si nos quedan cinco días, cinco años o cincuenta y cinco años en estos días contados que quedan, son muy pocos en comparación con los innumerables días que tendremos por delante. Y como vimos ayer, tanto él como Moisés le pidieron a Dios que les enseñara a contar sus días; para ayudarles a vivir sabiendo que la vida es corta.

Permíteme ilustrar lo transformador que es contar tus días correctamente. Supón que hoy descubres lo que alguien dijo sobre ti y es falso, injusto y cruel. Tus sentimientos están heridos. Quieres decir algo malo sobre él o ella a cambio. Pero si te detienes y cuenta tus días, cambia tu reacción. No es tan probable que desees represalias, tu enojo se disipa, tu estrés disminuye. Cuando recuerdas contar tus días, te das cuenta de que las palabras hirientes de alguien no pueden afectar tus innumerables días por venir.

De vez en cuando todos recibimos críticas que no son constructivas. Si eres como yo, quieres defenderte de inmediato. Pero Dios me está enseñando a enumerar mis días cuando me critican injustamente y decirme a mí misma: “¿Qué importa, Mary? La vida es corta; tienes otras cosas eternamente importantes que hacer”. Entonces puedo dejarlo pasar y seguir haciendo cosas que importan en lugar de perder tiempo y energía en algo intrascendente.

En el Salmo 90:12 Moisés oró: ” Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría”. Cuando cuentas tus días correctamente, te hace más sabio que tonto, reduce tu estrés, te ahorra energía, te hace reaccionar correctamente, te da la ventaja en cualquier situación.

Pero es una lección para aprender.