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Presentado por Lauren Stibgen

Durante una de nuestras recientes conversaciones en el podcast Walking Worthy con una compañera líder de ministerio y amiga, hablamos sobre la delicada sensación de ser desechable. Esta palabra resume la sensación de ser desechado o usado, y puede evocar pensamientos sobre algunas de nuestras heridas más profundas, ya sea en el trabajo o en otros aspectos de nuestra vida. Pero ser desechable no forma parte de la identidad que Dios nos dio.

Como adjetivo, la palabra desechable se define como algo destinado a usarse una vez, o hasta que ya no sea útil, y luego desecharse; o a poder prescindir de él o desecharlo fácilmente. Como sustantivo, desechable se define como algo que está disponible para usarse según sea necesario, o un artículo que se desecha después de su uso.

Cuando centramos nuestra identidad en lo que el mundo dice de nosotros, esta definición puede influir profundamente en cómo nos sentimos. Diría que esta es una de las raíces del síndrome del impostor en nuestra cultura laboral actual.

Sentir que nuestro talento ya no es útil ni valorado, puede repetirse en nuestra mente profesional, llevándonos a sentir que ya no estamos calificados para el trabajo que nos propusimos realizar. De hecho, veo esto repetidamente con mujeres ejecutivas. ¡Lo peor es que las mujeres en puestos de liderazgo contribuyen a este sentimiento en otras mujeres! Intencionalmente o no, nuestras acciones y palabras, así como nuestra inacción o falta de ellas, pueden hacer que quienes nos rodean se sientan descartables.

Exploremos esta identidad mundana “desechable” desde una perspectiva bíblica. Hay héroes verdaderamente extraordinarios en la Biblia que el mundo desechó, ¡pero Dios los usó para su gloria! Quizás al leerlos, no nos detuvimos a considerar sus sentimientos. He aprendido a lo largo de los años que a menudo nos centramos en la gloria sin detenernos a vernos reflejados en los sentimientos de aquellos que Dios realmente ha usado para sus propósitos.

¿Tienes alguna discapacidad oculta o de otro tipo que te ha hecho sentir descartado? Tal vez tienes una visión de grandeza que ha sido descartada. ¿Alguna vez te has sentido inferior o insuficiente? Quizás eras la persona ideal para un trabajo, pero simplemente te rechazaron.

¡Todas estas situaciones existen en la Palabra de Dios! ¡Se desarrollan en la vida de personas reales que tenían una mayor identidad con Dios que con sus semejantes! No dejaré de recordarles Efesios 2:10, pero hoy quiero expresarlo con sencillez. Dios te creó perfectamente tal como eres en Cristo Jesús para hacer lo que estás haciendo ahora mismo. Dios preparó tu camino incluso antes de que nacieras. Solo necesitas seguir adelante. No eres desechable.