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Si te estuvieran acusando de ser cristiano, ¿habría suficiente evidencia para condenarte? Veamos algunas de las evidencias que demostrarían que eres cristiano.

Evidencia en tu habla

Si todo lo que dijeras se grabara durante un día o una semana, ¿tus palabras serían una evidencia sólida de que eres un seguidor de Cristo, o no sonarían diferentes a las de los demás?

Esta es una de las formas más importantes en que nuestras vidas como cristianos deben diferenciarse de las de los demás: las palabras que decimos y las conversaciones que mantenemos. Este es el estándar bíblico para nuestra habla: nuestras palabras.

Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan. (Efesios 4:29).

Ese es un estándar elevado, ¿no es cierto? Y en nuestro mundo actual sería fácil reconocer que es diferente. Nada de palabras malas, sólo hablar lo que edificará a los demás y los beneficiará. Ese es el tipo de evidencia que demostraría que eres un seguidor de Cristo.

En tu vida cotidiana normal, ¿cómo hablas de las personas que no te agradan? ¿Tus palabras están siempre llenas de condenación y crítica, o hablas de los demás, incluso de aquellos que no admiras particularmente, con palabras de bondad y comprensión? Si tus palabras se grabaran durante una semana, ¿oiríamos muchas quejas y lamentos, o esas grabaciones estarían llenas de alabanzas a Dios y agradecimiento?

Alguien ha dicho que nuestras palabras deben ser verdaderas, necesarias y amables. Aplica esos tres principios a tu habla y, si eres como yo, ¡dirás menos palabras de lo habitual!

Jesús dijo: “Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón.” (Lucas 6:45).

¿Cuál crees que sería el veredicto? ¿Te condenarían por ser cristiano por las palabras que dices, las conversaciones que tienes, la forma en que hablas?