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Presentado por Lisa Bishop
Estamos analizando el ser agradecidos y quiero hablar sobre la gratitud en la batalla.
2 Crónicas 20:1-30 cuenta la historia del rey Josafat, recordándonos que la gratitud no es solo una respuesta a las bendiciones de Dios. La gratitud es una postura proactiva, una mentalidad puesta en Dios que invita su presencia y poder a nuestras vidas.
Cuando un vasto ejército de sus enemigos venía a declararle la guerra, en lugar de sucumbir al miedo, Josafat, el rey de Judá, buscó al Señor.
En los versículos 6 al 12, Josafat hizo una poderosa oración de dependencia de Dios, reconoció la soberanía de Dios, relató la fidelidad de Dios y confesó su confianza en Dios para su liberación. Su oración terminó con la profunda declaración:
No sabemos qué hacer, pero nuestros ojos están puestos en ti (2 Crónicas 20:12).
¿Alguna vez te has sentido así? Lo que se destaca en esta historia es la respuesta de Josafat y el pueblo cuando enfrentaron una batalla. No se acobardaron de miedo, no se enojaron por sus circunstancias ni esperaron pasivamente; mientras esperaban que se desarrollara la batalla, adoraron. En medio de la dificultad, alabaron (v. 19). Mientras salían a enfrentar a sus enemigos, cantaron:
Den gracias al Señor; ¡su fiel amor perdura para siempre!». (2 Crónicas 20:21).
Su gratitud no fue después de la victoria; fue antes de comenzar la batalla. Y cuando comenzaron a cantar y alabar, su gratitud y adoración movieron la mano de Dios. El Señor puso emboscadas y derrotó a sus enemigos. Josafat y su pueblo no tuvieron que pelear; Dios peleó por ellos.
La alabanza y el agradecimiento son armas poderosas en nuestro arsenal espiritual. Cuando enfrentes una batalla, sigue los pasos de Josafat y recuerda estas tres cosas:
- La gratitud nos ayuda a fijar nuestra mirada en el poder de Dios en lugar de en nuestros problemas. Cuando Josafat y su pueblo se volvieron para dar gracias a Dios, su atención pasó de la amenaza abrumadora a la grandeza abrumadora de Dios.
- La gratitud invita a la presencia de Dios. Cuando Judá adoró, la presencia de Dios se manifestó de manera tangible. Expresar gratitud invita a Dios a nuestras circunstancias, trayendo su paz, guía e intervención.
- La gratitud precede a la victoria. La historia de Josafat nos enseña a agradecer a Dios por adelantado. La gratitud es una expresión de fe, de confianza en que Él ya está trabajando, incluso cuando no podemos verlo.
A medida que transcurre la semana, en lugar de sentirnos abrumados por nuestros desafíos, decidamos fijar nuestra mirada en Jesús, agradecerle por su amor perdurable y confiar en que Él está luchando nuestras batallas. Recuerda que la gratitud no es solo una respuesta a la victoria, sino un catalizador para ella.