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Presentado por Lisa Bishop
Quiero recordarte que ser paciente con el tiempo de Dios vale la pena la espera.
Como a los cinco años de mi viaje de fe, buscaba desesperadamente respuestas a lo que debía hacer con mi vida. En ese momento, estaba en un trabajo corporativo que podía hacer y hacer bien, pero no era súper satisfactorio. Recuerdo claramente sentada en mi sala de estar hablando con Dios diciendo: “Dios, realmente me encantaría tener un trabajo donde pueda hacer la vida con las mujeres, vertiendo en su fe y andando junto a ellas en todos los aspectos de la vida.” Bueno, digamos que la oración no fue contestada hasta siete años después cuando “de la nada”, recibí una llamada de la iglesia de la que había sido miembro por 12 años. Crearon un nuevo puesto para una directora de pequeños grupos de mujeres, y querían que me postulara.
Ahora pueden pensar que estoy loca, pero inicialmente no vi esta oportunidad como una respuesta a la oración que había orado siete años antes. No parecía lo que pensé que sería, que es una historia para otro día. Pero después de varias semanas de oración, acepté el papel. Hay un par de cosas que quiero señalar en mi historia, espero animarte en la espera.
La primera es esta: Dios no siempre responde a tus oraciones en tu línea de tiempo. Sé que es difícil de escuchar. Especialmente si has estado esperando bastante tiempo. Pero Dios ve el cuadro completo, y tú no. Aunque parezca injusto, Dios es el que está consciente de lo que necesitas y cuando lo necesitas. Es el momento perfecto.
El segundo es este. No desperdicies el tiempo esperando. Mientras que en mi trabajo en la arena corporativa dejaba vacíos en mi sensación de contenido, buscaba intencionalmente fuera del trabajo maneras de invertir mi tiempo en cosas que daban vida. Y una de esas maneras fue involucrarme profundamente en servir en mi iglesia. Servir no solo me permitió usar mis dones, sino que también me posicionó para practicar el ministerio y construir confianza y credibilidad con el liderazgo de la iglesia, lo que finalmente resultó en que se me ofreciera una posición de ministerio a tiempo completo. Con demasiada frecuencia podemos estar tan enfocados en lo que queremos que se ve como si nos perdiéramos la provisión de Dios mientras tanto. ¿Cómo podría Dios llamarte a invertir tu tiempo mientras esperas?
Lo último que quiero mencionar es que no siempre obtendrás lo que oras. Dios responde a todas nuestras oraciones, pero la forma en que él proporciona puede ser muy diferente de tu visión de su provisión. Aquí es donde la determinación de confiar en el Señor entra en juego.
La respuesta a tus oraciones puede no parecer como tu pensaste pero como Proverbios 3:5-6 nos recuerda,
Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. (Proverbios 3:5-6).
El tiempo de Dios merece la espera.