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Presentado por Mary Lowman
Proverbios es un libro muy práctico, que podemos aplicar fácilmente a nuestra vida cotidiana en el mundo laboral. ¡Estoy examinando un proverbio al día, que te mostrará el camino!
Instruye al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber. (Proverbios 9:9).
En mi opinión, una de las características más importantes que todo cristiano debería tener es ser enseñable. Una persona que es enseñable es una persona muy sabia y verdaderamente humilde, que reconoce que no lo sabe todo y que siempre hay algo nuevo que aprender.
Como jefe, puedo decirles que es un placer tener un empleado que tiene un espíritu enseñable, que está dispuesto a aprender y a buscar formas de mejorar. Un jefe soportará errores y ciclos de aprendizaje y permanecerá contigo por mucho más tiempo si ves una actitud enseñable: el querer aprender. No hay nada más frustrante que intentar trabajar con una persona que lo sabe todo y no tiene ningún deseo de aprender nada nuevo.
¿Y tú? ¿Eres enseñable? ¿Cómo respondes cuando te dan consejos o sugerencias útiles? ¿Te molesta? A veces podemos aprender de gente más joven, gente que lleva menos tiempo en el negocio que nosotros, gente que está por debajo de nosotros en rango. Pero si tienes respaldo o te sientes amenazado cuando alguien intenta enseñarte algo, es probable que te estanques justo donde estás.
Es muy inteligente y muy maduro aceptar la enseñanza, escuchar nuevas ideas y sugerencias. Los gerentes necesitan esta cualidad tanto (quizás más) que cualquier otra persona. Muchas veces los directivos no escuchamos a nuestros empleados, que tienen muy buenas ideas que podrían ayudarnos si fuéramos más enseñables.
El día que dejes de ser enseñable, estarás en problemas, porque ese es el día en que dejarás de crecer. Y no te quedas quieto; vas hacia atrás.