Podcast (podcast-spanish): Play in new window | Download (Duration: 3:37 — 8.3MB)
Estoy examinando algunos principios de liderazgo importantes del libro de Nehemías. Quizás te preguntes qué podría enseñarnos un santo del Antiguo Testamento sobre el liderazgo hoy, pero descubrirás que estas verdades son eternas. Nehemías fue a la vez un destacado líder espiritual y un muy buen administrador de negocios, y podemos aprender mucho de él.
Uno de los primeros principios que aprendemos de Nehemías es que sabía cómo manejar las malas noticias. Leemos en el capítulo uno de Nehemías que su hermano le trajo la mala noticia de que el muro de Jerusalén estaba derribado, sus puertas habían sido quemadas y los que sobrevivieron estaban en grandes problemas. Bueno, eso sería suficiente para desanimar a cualquiera. Pero Nehemías no se desmorona, ni siquiera ante esta mala noticia.
La vida está llena de malas noticias. Podría ser una pequeña decepción o un suceso catastrófico, pero cuando te llegan malas noticias, ¿cómo respondes? Un líder fuerte no sólo es capaz de aceptar las malas noticias, sino que también quiere saberlas. Esconder la cabeza en la arena es señal segura de inmadurez y falta de confianza en Dios.
Si tu eres un jefe en tu trabajo, un líder en tu iglesia o tienes una posición influyente de cualquier tipo, debes asegurarte de que ciertas personas a tu alrededor no te oculten las malas noticias. Por supuesto, será más probable que te cuenten las malas noticias si confían que tu reacción será razonable y controlada. No puedes dejar que las malas noticias te afecten. Perderás la confianza de quienes te admiran y eso empeorará las cosas.
David tuvo que afrontar muchas situaciones de malas noticias. En una ocasión, regresó con sus 600 soldados a Ziklag y descubrió que el enemigo les había robado todo y habían prendido fuego a la ciudad. Sus hombres estaban tan enojados que querían matar a David. Pero David no entró en pánico. La Biblia dice simplemente: David encontró fortaleza en el Señor su Dios (1 Sam. 30:6b). Luego le pregunta al Señor qué hacer y, bajo la dirección de Dios, persiguió al enemigo y recuperó todo lo perdido.
Curiosamente, tanto David como Nehemías se lamentaron y lloraron por las malas noticias, pero no se quedaron allí. Oraron pidiendo guía y obedecieron al Señor.
¿Caes en depresión cuando las cosas no van bien? Podemos aprender una lección muy valiosa de Nehemías sobre cómo manejar las malas noticias.