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La canción Amazing Grace es cantada en todo el mundo por personas que no comprenden su mensaje de salvación a través de Jesús. Pero la idea de la gracia atrae a todos.
¿Qué significa para ti y para mí en nuestro mundo actual vivir vidas llenas de gracia? ¿Cómo se ve eso? Me gustaría darte el ABC de una vida llena de gracia. Aquí está la “A”:
A- Abundancia
Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. Jesús no estaba hablando de estar lleno de dinero, ni de éxito terrenal, ni de estar libre de problemas. ¡Estaba hablando de una vida llena de gracia!
En 2 Corintios 9:8 leemos: Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario y toda buena obra abunde en ustedes. Cuando la gracia de Dios nos llena, entonces debe fluir hacia los demás en forma de buenas obras. ¿Cuáles buenas obras? Las buenas obras para las que fuiste creado. Efesios 2:10 dice: Somos obra de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que las hiciéramos.
Aquí hay algunos ejemplos de cómo impartimos gracia a los demás:
- Alguien está enfermo; ministras sus necesidades.
- Alguien se regocija por las buenas noticias; tú te alegras con ellos.
- Alguien tiene el corazón roto. Lloras con ellos, los escuchas, los consuelas.
- Alguien se está alejando de Dios. Los confrontas con amor, los amonestas, los ayudas a volver a la comunión.
- Alguien está perdido en el pecado, sin Cristo. Compartes el evangelio de todas las formas posibles, plantando con amor semillas de verdad en sus vidas.
- Alguien necesita ayuda financiera. Das por amor y preocupación.
- Enseñas la Palabra de Dios en un grupo pequeño; organizas la oración por tu empresa; comienzas un estudio bíblico en el trabajo o en casa; invitas a otros a escuchar la Palabra de Dios.
Estas son sólo algunas maneras en que rebosamos de gracia hacia los demás, abundando en buenas obras.
Puedo testificarte por experiencia personal que vivir lleno de gracia es saber que Dios te está usando en la vida de los demás. No hay nada más satisfactorio que eso.