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¿Cómo puedes empezar a vivir en gracia? ¡Primero que nada, debes rendirte! Sí, ríndete a:

  • Tratar de ganar la gracia de Dios. ¡No puedes! ¡Es un regalo!
  • Tratar de compensar tu pasado. ¡Está detrás de ti! Dios ya no se acuerda de ello contra ti.
  • Tratar de echarle la culpa a tus padres, a tus hermanos, a tu pareja, a tus circunstancias, a quien sea o lo que sea. Perdona a quien necesite perdón y suelta la amargura y la ira que te está comiendo vivo.
  • Hacerte a un lado. Cualquiera que sea el miedo que te inmovilice, cree que la gracia de Dios es suficiente para permitirte hacer las buenas obras para las que te puso aquí.
  • Cualquier adicción conocida en tu vida, cualquier cosa que te mantenga en cautiverio.

¡Ríndete y luego de rendirte! Cede:

  • Al amor de Dios por ti. Eres a quien ama. Nada podrá separarte de su amor. Es incondicional, diferente a cualquier otro amor que hayas conocido.
  • Al plan de Dios para ti. Cree que él tiene buenas obras para ti y dile a Dios que quieres hacerlas. Dile a Dios que estás cansado de que todo se centre siempre en ti y que quieres que tu vida se centre exclusivamente en Dios.
  • ¡A la gracia de Dios! Comienza a sumergirte en la gracia de Dios. Busca las Escrituras sobre la gracia de Dios y ora por esas Escrituras en tu vida.
  • Al gozo de tu salvación. Si estás seguro de que naciste de nuevo, pídele a Dios que te restaure el gozo mientras aprendes a disfrutar de su gracia.
  • A la vida abundante que Jesús murió para darte. Deja de conformarte con simplemente sobrevivir. Pídele a Dios que inunde tu corazón y tu mente con la verdad de su gracia para contigo, y luego hazlo.

¡Quiero dejarte con una visión de ti mismo cubierto de gracia! ¡La gracia te sigue a todas partes! ¡La gracia llena tu corazón! La gracia sale de tu boca. La gracia te ayuda a superar los momentos difíciles. Has encontrado la gracia y estás creciendo en el conocimiento y la comprensión de la gracia:

Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad (2 Pedro 3:18).

¡Has conocido la gracia! Conócela cada día mejor. Ora Gracia en tu vida. Reprende al enemigo que intentará descargar sobre ti la culpa, la ira, la vergüenza y la amargura. Saluda a la Gracia durante todo el día. Fija tu mente en Jesús, el que es lleno de gracia.