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Presentado by Lisa Bishop
¿Le estás dando permiso al enemigo para perturbar tu paz?
Quiero examinar una forma en la que puedes estar dándole a Satanás una invitación abierta para acosarte y alterar tu armonía interna.
La falta de perdón.
Sé que el tema del perdón me resulta familiar, pero la verdadera pregunta es: “¿Es la práctica del perdón parte de tu vida?” Como seguidor de Cristo, una cosa es saber que estás llamado a perdonar, pero ¿realmente practicas lo que la Biblia dice?
Efesios 4:26-27 dice,
“Si se enojan, no pequen». No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol ni den cabida al diablo”.
Cuando le das un punto de apoyo al diablo, significa que le estás dando una oportunidad al enemigo. La ira es un subproducto de aferrarse a la falta de perdón y si no perdonas, la ira se apoderará de ti. El diablo lo usará como una oportunidad para influir en tu vida, para controlarte o manipularte. La ira y la falta de perdón son emociones poderosas y destructivas cuando las dejamos volar y no corremos hacia la cruz.
Nunca olvidaré una conferencia a la que asistí hace varios años. El orador hablaba sobre la ansiedad y la depresión y el vínculo con la falta de perdón. La conclusión es que la falta de perdón puede interferir con tu salud mental.
Cuando alguien que te importa te lastima, puedes aferrarte a la ira y el resentimiento, o aceptar el perdón y seguir adelante. Se ha demostrado que tomar la decisión intencional de dejar de lado el resentimiento y la amargura, disminuye el estrés y la ansiedad, disminuye los síntomas de depresión, mejora la salud del corazón, reduce la presión arterial, fortalece el sistema inmunológico y mejora la salud mental. El perdón es un requisito previo para una vida sana y relaciones florecientes, y también es un mandato de Dios.
¡Porque tu padre sabe más! Dios conoce el impacto de la falta de perdón y quiere que experimentes la plenitud de vida en Jesús. Así que no le des lugar al diablo. Ahora bien, perdonar no significa excusar el daño que te han hecho. Pero trabajar en el perdón disminuirá su influencia sobre ti.
Recuerda que todos pecamos y estamos destituidos de la gloria de Dios. Pídele a Dios que te ayude a liberar a tu ofensor para que puedas liberarte del peso de aferrarte al dolor. He oído hablar de la falta de perdón como el cebo de Satanás. Entrega tus sentimientos a Dios y pídele que los reemplace con comprensión, empatía y compasión por la persona.
Haz una práctica del perdón. Mantén cuentas breves y no muerdas el anzuelo.
Sabes que la oración es una forma poderosa de romper la esclavitud de la falta de perdón.