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Tengo muy buenas noticias para aquellos que están en el trabajo todos los días. Si eres discípulo de Jesucristo, si perteneces a la Familia de Dios, tienes una ventaja increíble en el ámbito laboral. Tienes una herramienta para usar que te garantiza una ventaja en cada situación que enfrentas. Tienes un arma con la que luchar que es totalmente eficaz contra cualquier problema que encuentres. Aquí está tu arma secreta, tu gran ventaja: ¡es la oración!
¿Has estado aprovechando la oración en tu trabajo? Encuentro que muchos creyentes realmente no oran por sus trabajos o en sus trabajos. ¿Y tú? Quiero señalar sólo algunas de las ventajas que disfrutas cuando oras por tu trabajo.
Ventaja: Tu día transcurre mejor con la oración.
Dado que tu día se gana o se pierde en las horas de la mañana, cuando oras antes de que comience, tienes una gran ventaja durante todo el día.
“. . . Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas.” (Proverbios 3:6).
Entonces, antes de que comience tu día, si reconoces al Señor y buscas su guía para cada detalle de ese día, tu camino será recto, pase lo que pase.
Aquellos que no conocen al Señor tienen que tratar de encargarse de todo con sus propias fuerzas. Tienen que preocuparse por lo desconocido y lo incontrolable. Pero para nosotros que conocemos a Jesús como Salvador, él lleva todas esas cargas por nosotros, por lo que tenemos una inmensa ventaja.
¿Empiezas tu jornada laboral con oración? Si no, te estás privando de muchos beneficios. Te animo a que comiences esta disciplina de inmediato.
Piensa en el día que te espera. Ora por las personas con las que trabajarás y para quienes trabajarás. Pídele a Dios sabiduría para tratar con ellos, orando por sus necesidades individuales tal como las conoces. Piensa en el horario que tienes para el día, tu carga de trabajo. Pídale a Dios fuerza para hacerlo todo y ayuda para establecer prioridades apropiadas. Ora para que tus palabras sean cuidadosamente elegidas; que hablarás la verdad en amor.
Si cubres tu día en detalle con oración, verás milagros, grandes y pequeños. ¡Te da una ventaja maravillosa!