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Espero que hayas tenido un día agradecido ayer. De hecho, espero que tengas un día de agradecimiento todos los días. ¿Sabes por qué? ¡Porque el agradecimiento es poderoso!
Te he estado animando a que practiques la acción de gracias desbordante y ayer te di cuatro consejos útiles sobre cómo hacerlo. Pero ¿alguna vez pensaste en el poder que se libera cuando te conviertes en una persona agradecida? Déjame contarte algunas de las grandes cosas que sucederán:
- Le agradarás mucho más a la gente. Es agradable estar cerca de personas agradecidas. Tus relaciones mejorarán. Tendrás más amigos.
- Tu nivel de energía aumentará. Es cierto, porque cuando estás agradecido liberas mucha buena energía que muchas veces se desperdicia en quejas y negativismo. Harás más trabajo en menos tiempo. ¡Y eso te convertirá en un mejor empleado, lo que hará feliz a tu jefe! No iré tan lejos como para decir que obtendrás un aumento, pero claro, ¿quién sabe?
- Tu estrés disminuirá. No me lo estoy inventando, amigos. Cuando estás agradecido, estás pensando en las cosas buenas de tu vida y eso te impide concentrarte en las cosas negativas. Es como la válvula de liberación de una olla exprés: verás cómo tu estrés disminuye.
- ¡Tu rostro será más bonito o más atractivo, lo que prefieras! Piénsalo: cuando estás agradecido, no estás preocupado ni inquieto, ¡y esas cosas causan arrugas en nuestras caras y nos envejecen! ¡Te verás más joven!
- Tu postura mejorará. Cuando estás agradecido, te pones de pie más derecho. Cuando eres negativo, tus hombros tienden a encorvarse y tu espalda también se curva.
Hay poder en el agradecimiento. Tienes mucho que ganar. Pero más allá de todo esto, aquí está la razón más importante para estar agradecido:
- Honrarás y glorificarás a Jesucristo como él se merece. Cuando rebosas de agradecimiento, le cuentas al mundo lo que Jesús ha hecho por ti y eres un buen embajador para él. Sin mencionar que le agrada ver tu corazón agradecido.
Iniciemos una campaña para desbordar de agradecimiento. Qué manera de vivir.