Podcast (podcast-spanish): Play in new window | Download (Duration: 2:53 — 6.6MB)
Ser agradecido no es nuestra condición natural. Tenemos que elegir estar agradecidos y tenemos que recordar estar agradecidos y tenemos que trabajar para estar agradecidos.
Muchas veces he ido a África para dirigir reuniones allí, y cada año, al regresar a casa, recordaba cuánto tengo y lo fácil que es mi vida en comparación con la de mis amigos en África. Me decía a mí misma que nunca más volvería a quejarme de nada, pero ya sabes, después de unas semanas, si no tenía cuidado, volvía a caer en mis malos hábitos de quejarme. Si quiero ser una persona verdaderamente agradecida (y si lo quiero), entonces tengo que poner disciplinas en mi vida que me hagan dar gracias por todo y en todo.
He aquí una sugerencia que me ayuda a ser una persona agradecida: convertir cada queja en un elogio. Cuando empieces a quejarte de algo, incluso si esa queja ya se ha escapado de tus labios y acabas de escucharte pronunciar esas palabras negativas, regresa y reemplázalas con palabras de agradecimiento. Por ejemplo,
- Te quejaste del clima: está lloviendo otra vez, has tenido tres días de lluvia y estás cansado de la lluvia.
- Tan pronto como escuches esa palabra de queja, reemplázalas con palabras de agradecimiento: Sabes, esta lluvia es buena. Estoy pensando en algunos lugares de África que padecen una sequía de tres años. Les encantaría tener esta lluvia. Gracias Señor por esta lluvia.
Ya sea que tu queja sea solo un pensamiento en tu mente o palabras que hayas expresado en voz alta, debes reemplazar esas palabras de queja con palabras de acción de gracias. Por supuesto, es mejor si puedes detenerte antes de pensar o decir esas palabras negativas, pero incluso si ya las has dicho, te animo a que aprendas a reemplazarlas con agradecimiento.
Verás, el poder de la acción de gracias es algo que tenemos que enseñarnos a nosotros mismos; es un regalo que nos damos a nosotros mismos, y lo hacemos al tomar conciencia de cada cosa que pensamos y decimos que no es agradecida y nos obligamos a reemplazarla con agradecimiento. Y cuanto más lo haces, más se convierte en un buen hábito que adoptas de forma natural.