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Me pregunto si has contado tus bendiciones últimamente. ¡Ese viejo himno de la iglesia nos recuerda que debemos contar nuestras bendiciones, nombrarlas una por una, contar nuestras bendiciones y ver lo que Dios ha hecho! Ya sabes, en un mundo lleno de problemas, es fácil pasar por alto nuestras bendiciones. Te he estado alentando a convertirte en un bendecidor generoso, alguien que bendice a otros libre y frecuentemente, porque has sido enormemente bendecido por Dios. Como dice el refrán, tenemos la suerte de ser una bendición.
Hemos creado un hermoso conjunto de 31 tarjetas con bendiciones para obsequiar, versículos de las Escrituras, que se pueden entregar a alguien para bendecirlo, animarlo y aligerar su carga. Puedes encontrar éstas tarjetas en nuestro sitio web ahora mismo. Lo único que tienes que hacer es imprimirlos y regalarlos. El Dr. Robert Cook ya está con el Señor, durante años terminaba su transmisión de radio todos los días diciendo: “Camina hoy con el Rey y sé una bendición”. Eso es lo que todos debemos hacer: ser una bendición a otros.
Una de estas tarjetas de bendición dice: “Ahora bien, la fe es tener confianza en lo que esperamos, es tener certeza de lo que no vemos.”, de Hebreos 11. A veces nuestra fe puede flaquear, ¿no es así? Sé que la mía sí. Qué bendición sería darle esta tarjeta a alguien que está luchando por creer que Dios ha escuchado su oración, que Dios está preocupado por su necesidad, que Dios no lo ha olvidado. Podrías bendecir a alguien con esta bendición gratuita.
Otra de estas 31 tarjetas tiene una porción de 1 Corintios 13: “El amor es paciente, el amor es bondadoso. No tiene envidia, no se jacta, no se enorgullece. . . El amor siempre protege, siempre confía, siempre espera, siempre persevera”. ¿No sería una bendición darle esta tarjeta a alguien que te haya amado con este tipo de amor? Podría ser un buen amigo, un compañero, un padre… a quien Dios ponga en tu corazón, podrías decir: “Muchas gracias por amarme así”.
Bueno, he tratado de darte algunas ideas de cómo puedes convertirte en una bendición, como un acto de gratitud a Dios por todas sus bendiciones. Y sabes, cuando empezamos a buscar maneras de bendecir a otros, simplemente regresamos a nosotros. ¡Cosechamos lo que sembramos y tú serás bendecido más allá de lo imaginable a medida que decidas convertirte en un mejor bendecidor!