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Presentado por Lisa Bishop

En la Biblia, disciplina se refiere al entrenamiento, instrucción y corrección moral; y el resultado es crecimiento espiritual, desarrollo del carácter y madurez cristiana. La disciplina no está destinada a ser un aguafiestas. Todo lo contrario. Como dice Hebreos 12:11: “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien dolorosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella”

Si bien toda la Palabra de Dios está llena de capacitación e instrucción rica y práctica para nuestra vida diaria, el libro de Proverbios está dedicado únicamente a este fin. Los primeros versículos de Proverbios dicen:

El propósito de los proverbios es enseñar sabiduría y disciplina, y ayudar a las personas a comprender la inteligencia de los sabios. Su propósito es enseñarles a vivir una vida disciplinada y exitosa, y ayudarles a hacer lo que es correcto, justo e imparcial. Estos proverbios darán inteligencia al ingenuo, conocimiento y discernimiento al joven. Que el sabio escuche estos proverbios y se haga aún más sabio. Que los que tienen entendimiento reciban dirección al estudiar el significado de estos proverbios y estas parábolas, las palabras de los sabios y sus enigmas. El temor del Señor es la base del verdadero conocimiento, pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina. (Proverbios 1:1-7, NTV).

La conclusión de estos versículos iniciales es no ser tonto, respetar y reverenciar al Señor, desear sabiduría y disciplina.

El libro de Proverbios es un recordatorio de que debes estar en la Palabra de Dios, meditando en las verdades bíblicas, para que crezcas en sabiduría y madurez espiritual. Este devocional es un refrigerio espiritual; pero asegúrate de tomar tiempo para deleitarte con las Escrituras para que tu carácter en Cristo crezca y puedas cosechar todos los beneficios de prosperar como una amado hijo o hija de Dios.

Y cuando se trata de disciplina y desarrollo del carácter, además de dedicar tiempo a la Palabra, también ten en cuenta con quién te relacionas. Como advierte Proverbios 1:10: “¡Hijo mío, si los pecadores quieren engatusarte, ¡dales la espalda!!” En otras palabras, si el estilo de vida y el comportamiento de alguien te alejan de Jesús, reevalúa tus relaciones. Los estudios han demostrado que tú eres el promedio de las cinco personas con las que más estás. Con quién pasas el tiempo influye en la persona en la que eventualmente te convertirás. El tipo de personas con las que interactúas tiene un impacto en tus pensamientos, creencias y comportamientos. Así que sé disciplinado e invierte tiempo en la Palabra, y sé vigilante con quién haces la vida. Elige sabiamente a tus compañeros.