Play

Presentado por Lisa Bishop

¿Alguna vez te has encontrado viviendo arrepentido? ¿Quizás has tomado una mala decisión o una serie de decisiones no tan acertadas y ahora estás pagando el precio, por así decirlo?

El otro día estaba sentada en una cafetería esperando reunirme con una amiga cuando noté un bolígrafo sobre la mesa frente a mí. Me di cuenta de que tenía algo escrito, así que lo recogí y en el costado estaban escritas estas las palabras: “Elijo el dolor de la disciplina sobre el dolor del arrepentimiento”. Creo que era un eslogan para un programa de pérdida de peso, pero al leer esas palabras pensé: “Vaya, qué gran lema para la vida”.

Ya sea que desees perder 30 libras, mejorar tus hábitos de sueño, aprender un nuevo idioma o conseguir un ascenso, lograr tus objetivos requerirá disciplina. Elegir lo que más deseas sobre lo que deseas ahora.

Eso requiere algo que a todos nos resulta desafiante en ocasiones: la gratificación retrasada. “Realmente quiero ese dona, pero quiero más una mejor salud física”. “Quiero navegar por las redes sociales antes de acostarme, pero para mí es más importante dormir ocho horas”. “Quiero hacer apenas lo suficiente para salir adelante en este trabajo, pero mi mayor deseo es avanzar en mi carrera”. Lo que deseas a largo plazo requerirá que apliques un poco de autocontrol aquí y ahora. Esto te pedirá que resistas la tentación a corto plazo en aras de la satisfacción a largo plazo de alcanzar tus objetivos.

Primera de Corintios 10:13 es un versículo que memoricé hace años y que es mi recordatorio en momentos en que mi autocontrol se pone a prueba.

“Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.” (1 Corintios 10:13 NTV).

¿Notaste eso? “¡No es “si” eres tentado sino “cuando” seas tentado!” Ser atraído hacia hábitos poco útiles es parte de la vida, pero tienes la fidelidad de Dios para ayudarte por el poder de su Espíritu Santo.

¡Un fruto del Espíritu Santo es el autocontrol, lo que significa que tienes la capacidad de dominar tus deseos, pasiones y apetitos! Sé que es más fácil decirlo que hacerlo. Y si somos un poco honestos, a veces no queremos renunciar a un deseo en el ahora porque nos hace sentir bien. Pero como seguidor de Jesús, no debes dejarte dominar por tus sentimientos e impulsos. Entonces, cuando te sientas atraído hacia un comportamiento que sabes que no será beneficioso a largo plazo, recuerda: elige el dolor de la disciplina ahora, en lugar del dolor del arrepentimiento después.