Play

¿Estás contento con lo que eres? Me tomó años aceptar y estar contenta con la forma en que Dios me creó. Tenía una idea equivocada de lo que Dios quería que fuera cada mujer y como no parecía encajar en ese molde, seguí tratando de cambiar, pero simplemente no pude. Después de años de descontento con la forma en que Dios me creó, finalmente entendí que Dios tenía un buen propósito para mí y aprendí a apreciar y disfrutar cómo Dios me creó.

Sin embargo, al mismo tiempo, quiero tener un santo descontento con mi crecimiento y madurez. Satisfacción y falta de satisfacción al mismo tiempo. O podrías decir, aceptar quién soy, pero no conformarme con dónde estoy.

Veamos algunas áreas específicas en las que a menudo tenemos dificultades para aceptar quiénes somos, pero en las que nunca debemos conformarnos con menos de lo que podemos ser.

Tu cuerpo

La Biblia dice que cada uno de nosotros está hecho formidable y maravillosamente. Entonces, debes aceptar y estar contento con cómo las manos de Dios te hicieron porque Dios no comete errores.

¿Te miras al espejo y te quejas de tu cuerpo, de tu cara, de tu pelo, de tu talla? Quiero animarte a estar contento con el cuerpo que Dios te ha dado. Pienso en mi querida amiga, Fran, que apenas medía metro y medio. Toda su vida fue la más pequeña. Pero sabes, Dios usó su tamaño para agrandar su ministerio. Verás, debido a que era bajita y linda, su apariencia nunca fue amenazante o intimidante para nadie. Le facilitó hacer amigos, y se hizo amiga de todo el mundo. Dios usó su personalidad y baja estatura para conectarla con tantas personas, muchas de las cuales llegaron a la fe salvadora a través de Fran. No es un error que ella fuera una persona de baja estatura.

Acepta el cuerpo, la cara, el tamaño y la forma que Dios te ha dado. Acepta, pero no te conformes. Mantén ese cuerpo funcionando a toda máquina. Haz todo lo que puedas para mantenerlo saludable. Haz ejercicio como sabes que debes hacer; deshazte de algunos de esos hábitos alimenticios nocivos. Debes estar contento con tu cuerpo, mientras que al mismo tiempo nunca te conformes con nada menos que lo mejor que puede ser.