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Presentado por Lisa Bishop

Al pensar en la medida de tu fe en estos días, ¿cómo ves tu fe? Hace algunos años tuve mi examen anual de la vista y aunque había conservado mi visión 20/20 durante más de 40 años, había llegado el momento en que mi capacidad para ver con claridad no era tan nítida como antes. Cuando hacía mi lectura diaria de las Escrituras o intentaba examinar un menú en un restaurante, se hacía evidente que no podía ver con tanta claridad como en el pasado. Mi visión se estaba volviendo borrosa, mi vista se estaba debilitando.

Lo mismo le puede pasar a nuestra fe con el tiempo. Si no somos conscientes, las interrupciones, las decepciones, los desvíos y los retrasos de la vida, pueden hacer que nuestra fe se debilite. Entonces, ¿cómo está tu vista de fe? ¿Estás viendo a Dios por lo que realmente es: fiel y digno de confianza incluso cuando no puedes ver? ¿O estás en una temporada en la que te resulta difícil confiar en Dios?

En el libro de Génesis leemos del pacto que Dios hizo con Abraham para ser padre de muchas naciones prometiéndole descendencia y multitud de generaciones por venir. Pero desde una perspectiva humana había un problema desconcertante. Abraham tenía 99 años y su esposa Sara no solo no podía tener hijos, también tenía 90 años. Sin embargo, Dios haría lo que sólo él podía hacer, lo imposible. Y cumpliendo su promesa, Sara daría a luz un hijo y la descendencia de Abraham sería, de hecho, tan numerosa como las estrellas en el cielo.

Romanos 4:18-21 dice: “Contra toda esperanza, Abraham creyó en la esperanza, y así llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: ‘Así será tu descendencia’. Sin desfallecer en su fe, él enfrentó el hecho de que su cuerpo estaba como muerto, ya que tenía unos cien años, y que la matriz de Sara también estaba muerta. Sin embargo, no vaciló por incredulidad en cuanto a la promesa de Dios, sino que se fortaleció en su fe y dio gloria a Dios, estando plenamente convencido de que Dios tenía poder para hacer lo que había prometido”.

No vaciló por incredulidad. ¡En cambio, se fortaleció en su fe y dio gloria a Dios! Frente a lo que era humanamente imposible, Abraham creyó de todos modos, decidiendo vivir no con base a lo que vio, sino a lo que Dios dijo.

¿A qué situación te enfrentas en este momento que parece insuperable? ¿En qué circunstancia te está llamando Dios a mirar a través del lente de la fe? Cuando te pongas tus lentes de fe verás con una perspectiva renovada, que se ve alterada por tu confianza en Dios y tu mirada cambiará.