Play

Estoy ofreciendo diez sugerencias para compartir el amor de Dios donde trabajas.  Ahora, aquí están las sugerencias cinco y seis:

5. Ayuda a otros con su carga de trabajo cuando puedas.

Tal vez tienes un asistente que te ayuda, y sabes que él o ella está sobrecargado de trabajo en este momento.  Si dijeras: “Oye, puedo quedarme  una hora más esta noche y ayudar a hacerlo”, ¿no crees que realmente podría ser una manera efectiva de comunicar el amor de Dios?  O tal vez sabes que un compañero de trabajo está luchando con una determinada tarea, no sabe cómo empezar. Si tienes alguna experiencia o pericia que los ayudaría, simplemente deja lo que estás haciendo y ayúdalos.

Obviamente, tienes tu propio trabajo que hacer, que no se puede descuidar, pero seguro que hay momentos en que detenerse para ayudar a otra persona es lo correcto y reflexivo.

6. Busca oportunidades para felicitar y alagar a las personas en cualquier momento que puedas.

Piénsalo: ¿no hay momentos en el día en los que piensas algo bueno sobre alguien pero no lo expresas?  Trato de verbalizar los cumplidos que pienso. Por ejemplo, si me gusta el atuendo que alguien está usando y pienso: “Eso se ve bien en ella”, entonces ¿por qué no se lo dices?  Si pienso: “Hizo un gran trabajo en eso”, ¿por qué no decirlo? Creo que seríamos más alentadores para los demás si simplemente decidiéramos verbalizar los cumplidos que pensamos.

Además, Busca maneras de felicitar a las personas por cualquier logro posible.  “¿Perdiste cinco libras?  Wow, buen trabajo. “Me di cuenta de que te quedaste hasta tarde anoche y terminaste ese trabajo.  Gracias. “¿Tu hija tuvo buenas calificaciones este semestre?  ¡Fantástico!”

Hay tantas pequeñas cosas que podemos hacer en un día determinado para mostrar amor y preocupación por los demás, para demostrar que estamos pensando en alguien fuera de nosotros mismos.  Vivimos en un mundo que es bastante egocéntrico, pero como siervos de Jesucristo, estamos llamados a “mirar no solo a tus propios intereses, sino también a los intereses de los demás“, como leemos en Filipenses 2: 4.

Estas cosas podemos hacer porque tenemos la motivación del Espíritu de Dios dentro de nosotros, y el poder que nos imparte, y créanme, el amor de Dios se sentirá cuando intencionalmente busquemos maneras de compartir el amor de Dios en nuestros trabajos.