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Presentado por Lisa Bishop

¿Alguna vez has pensado en las elecciones que haces a diario? Proverbios 18:21 dice: “Las palabras matan, las palabras dan vida; son veneno o fruta, tú eliges” (MSG).

Tú eliges.

Ahora sé que eres muy consciente de lo que significa elegir, pero aquí hay un repaso. La definición del diccionario de elegir es: “Seleccionar entre varias alternativas posibles; decidir y elegir. Para determinar.”

Quiero compartir esa definición contigo porque creo que a veces es fácil olvidar que tienes la capacidad de ser selectivo con lo que dices. Con demasiada frecuencia puedes encontrarte diciendo todo lo que piensas antes de pasar tus palabras por un filtro sagrado. Cuidar tus palabras requiere intención.

¿Tus palabras, las cosas que te dices a ti mismo acerca de ti mismo, las cosas que le dices a tu compañero de trabajo, cónyuge, amigo, vecino, actúan como veneno, trayendo destrucción y muerte a un alma? ¿O son tus palabras vivificantes para los que las escuchan?

En el lugar de trabajo puede ser muy tentador tener labios sueltos que arrojan chismes, críticas y quejas. Cuando estás con tus amigos, puedes caer fácilmente en la trampa de insultar a alguien que no está cerca y hablar a sus espaldas. No hagas eso. No quieres ser la persona que arrastra a los demás con sus palabras. Y si te encuentras en un grupo que se divierte criticando a los demás, sal corriendo!. Niégate a unirte. Las palabras son una pendiente resbaladiza.

En Lucas 6:45, Jesús dice: “Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón.”

Las palabras que dices en tu cabeza y en voz alta reflejan algo más profundo. Fluyen de lo que hay en tu corazón. Si hay amargura, codicia, celos, orgullo, ira, superioridad o inferioridad en tu corazón, tus palabras harán lo mismo. Pero cuando hay amor, alegría, gratitud, paz, verdad y confianza en Jesús en tu corazón, tus palabras serán como fruto. Dulce y calmante para el alma.

En cada momento tienes una serie de alternativas posibles a la hora de elegir lo que sale de tu boca. Elige sabiamente tus palabras y recuerda que hoy tienes el poder de decidir si darás vida a las personas con las que interactúas o la muerte. Elige la vida.