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¿Crees que es realista que podamos agradecer a Dios por las piezas que faltan en nuestras vidas? Creo que no solo es realista, es la única forma en que conoceremos la verdadera paz y satisfacción en nuestras vidas.

Dios comenzó a mostrarme hace unos años que las piezas que faltaban eran en realidad una bendición. ¿Por qué? Porque sin ellas podría haberme engañado pensando que era autosuficiente y nunca ver mi verdadero estado de necesidad.

Reconocí que las piezas faltantes de mi vida finalmente me habían llevado de regreso a Dios y, como resultado, Dios pudo tomar el quebrantamiento de mi vida y usarme incluso a mí para su gloria. Pude ver que era por las piezas que faltaban que ahora tengo el ministerio que tengo y el gozo de saber que hay un propósito eterno y un significado en mi vida diaria. Y comencé, lentamente, a agradecer a Dios por las piezas faltantes.

Ahora, déjame asegurarte que Dios no espera que celebremos las piezas que faltan, que saltemos de alegría, que hagamos una fiesta, que pretendamos que no duele ni importa. Pero nos pide que seamos agradecidos incluso por las piezas que faltan, que entendamos que esas áreas de vacío e insatisfacción pueden convertirse en instrumentos de gracia en nuestras vidas.

Estoy segura de que has escuchado estos versículos antes, pero debemos recordar lo que Pablo nos escribió sobre el agradecimiento:

1 Tesalonicenses 5:16-18: Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.

Efesios 5:19-20: Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón, dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Recuerda que al hombre que escribió estas palabras le faltaban muchas piezas en su vida. Fue perseguido severamente, encarcelado, incapaz de ir a donde quería ir; había muchas cosas en su vida que no eran fáciles de tragar o entender. Sin embargo, todavía dice que debemos dar gracias en toda circunstancia.

Quiero animarte hoy, si estás luchando con las piezas que faltan en tu vida, para que le agradezcas a Dios por ellas. Puede que no te sientas agradecido, pero hazlo de todos modos como un acto de obediencia y amor a Jesús. Ese es el primer paso que debemos dar para encontrar la realización a pesar de las piezas que faltan.