Play

¿Has tenido alguna fiesta de lástima últimamente? Si es así, te aconsejo que “la superes”. Las fiestas de lástima deben abandonarse para siempre.

Piensa en cómo el enemigo usa la autocompasión en nuestras vidas.

  1. Casi siempre, las fiestas de lástima nos hacen perder el tiempo.
  2. Las fiestas de lástima no solo desperdician nuestro tiempo, también desperdician nuestra energía.
  3. ¿Has notado esto? Cuando haces una fiesta de lástima, tu imaginación se vuelve loca. Empiezas a pensar en lo que alguien ha hecho o lo que ha sucedido, y en tu mente se vuelve mucho peor de lo que realmente es. Eso, por supuesto, te hace reaccionar de forma exagerada.
  4. Entonces, lo que sucede a menudo es que las relaciones se dañan. Cuando sentimos lástima por nosotros mismos, a menudo decimos y hacemos cosas que lastiman a los demás, cosas de las que luego nos arrepentimos. Pero una vez que se han dicho y hecho esas cosas, puede ser demasiado tarde para deshacer el daño. La autocompasión puede causar daños irreparables en las relaciones.
  5. Otro resultado inevitable de la autocompasión es que afecta nuestro desempeño. Disminuimos la velocidad, perdemos la motivación, hacemos nuestro trabajo a medias o, lo que sucede a menudo, es que nos damos por vencidos. En nuestros trabajos, es posible que no tengamos el lujo de renunciar, por lo que nuestros hábitos de trabajo se deterioran.

Estos son solo algunos de los resultados comunes de las fiestas de lástima. ¿Ves por qué digo que deberíamos superar las fiestas de lástima? Pero cómo hacemos eso?

  1. Cambia tu actitud sobre las fiestas de lástima.

Pídele a Dios que te dé ira santa por las fiestas de lástima, que las veas como él las ve, y que te molesten y te canses de sentir lástima por ti mismo.

  1. Piensa en Jesús y todo lo que soportó.

Hebreos 12:2 dice: “Fijemos los ojos en Jesús…” Por un acto de tu voluntad, deja de pensar en pobrecito yo, y piensa en Jesús, fija en él los ojos de tu corazón.

  1. Ocúpate de hacer algo constructivo.

No te quedes ahí sentado; ¡haz algo! Este es un momento en el que necesitas involucrarse en una actividad constructiva que distraerá tu mente de tus sentimientos heridos y cerrará esa fiesta de lástima.