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(Presentado por Lisa Bishop)

Estoy hablando de cinco constructores de fe. Cinco cosas que son esenciales para construir y hacer crecer nuestra fe. El constructor de fe de ayer era la confianza y el constructor de fe de hoy es, recordar.

No sé tú, pero yo tengo tendencia a ser muy olvidadiza. Justo el otro día estaba tratando de salir por la puerta del trabajo cuando comencé a buscar frenéticamente las llaves de mi carro. Miré arriba y abajo y por mi vida no podía recordar dónde las puse. Iba a llegar tarde a mi reunión y no recordar dónde había dejado las llaves me hizo entrar en pánico. ¿Alguna vez te ha pasado? El punto es que, a veces, somos olvidadizos.

Eso sucede también en nuestra fe. Podemos estar tan obsesionados con nuestras circunstancias actuales, y especialmente cuando las cosas no salen como las planeamos, que nos olvidamos de la fidelidad de Dios. En tiempos difíciles, podemos fallar en reconocer que el Dios que estaba con nosotros antes todavía está presente en medio de nuestras dificultades actuales. Tenemos amnesia espiritual.

Me acuerdo del Salmo 103 donde el Rey David instruye a su corazón a recordar.

Que todo lo que soy alabe al Señor; con todo mi corazón alabaré su santo nombre.

Que todo lo que soy alabe al Señor; que nunca olvide las cosas buenas que él hace por mí.

David se está predicando la verdad a sí mismo. Él está recordando.

Como sé que soy propensa a olvidar, una cosa que comencé a hacer a principios de año es escribir un diario. Divido la página en tres secciones: gratitud, confesión y oración. En la primera sección escribo todas las cosas por las que estoy agradecida mientras reflexiono sobre el día anterior y cómo experimenté a Dios en el trabajo. Reflexionando sobre el día que ha pasado, pido, Señor, muéstrame dónde estuviste obrando en mi vida. ¿De qué manera experimenté tu bondad y dónde te escuché hablar? Y entonces empiezo a escribir lo que me viene a la mente y al corazón. Cuando me tomo el tiempo cada mañana para reflexionar y registrar todas las formas en que experimenté a Jesús y sus bendiciones del día anterior, recuerdo la fidelidad de Dios y mi fe crece.

Entonces, si quieres hacer crecer tu fe, practica recordar. Considera tomar unos minutos al comienzo o al final de cada día y cuenta y registra todas las formas en que experimentaste las bendiciones y la bondad de Dios.