Play

Si te dijera sobre un curso que podrías tomar y que revolucionaría tu vida y la haría mucho mejor, ¿estarías interesado? Me refiero a “Contar tus días”. Como oró el salmista, tenemos que aprender a contar nuestros días correctamente, a vivir con una actitud completamente nueva, a vivir ahora a la luz de la eternidad.

Este curso es uno que debes aprender tú mismo, con la ayuda del Espíritu Santo. En otras palabras, debes decidirte a adoptar una nueva actitud hacia todos los aspectos de tu vida. Es una lección que debes aplicar todos los días a tu vida.

A menudo, cuando hablo de cómo mantener una actitud positiva, te he sugerido que te digas a tí mismo: “¿Qué diferencia hará esto en 24 horas?” Descubrí que esa pequeña frase simple realmente me ayuda a evitar enojarme por pequeñas cosas que realmente no importan.

Bueno, permíteme sugerirte otra técnica que nos ayudará a ti y a mí a aprender esta “nueva matemática” llamada “contar nuestros días”. Aprende a hacerte esta pregunta: “¿Qué diferencia hará esto en el tribunal de Cristo?” Y agrega a esa pregunta: “¿Se convertirá en humo en el tribunal o saldrá como oro refinado?”

Ahora, imagínate lo que cambiaría la vida si lo practicáramos con regularidad. Tendría un gran impacto en cómo gastas tu tiempo. Si lo que estás haciendo con tu tiempo hoy no va a contar en el tribunal, ¿realmente quieres dedicar tiempo a hacerlo? Tendría un gran impacto en cómo gastas tu dinero. Si estás gastando dinero tontamente y no lo envías al cielo, se quemará en el Tribunal. Concentrarte en la realidad del tribunal de Cristo te enseñará a contar tus días.

Si esto suena como si fuera una vida con restricciones, tienes razón. Contar correctamente tus días hará que tú y yo establezcamos límites en nuestras vidas. Como escribió Pablo: “Todas las cosas me son lícitas, pero no todo me conviene. ” (1 Corintios 6:12). Por lo tanto, cada uno de nosotros debe establecer límites que nos ayuden a recordar contar nuestros días. Recuerda, tenemos que aprender esta lección y debemos ser nuestros propios maestros.

Te animo a orar para que Dios te ayude a aprender a contar tus días correctamente. Es una actitud que cambia la vida.