Play

¡A menudo necesitamos volver a aprender algo que ya hemos aprendido!

A menudo, cuando comienzo a preparar los programas, pienso: “No tengo nada nuevo que decir”. Y empiezo a entrar en pánico porque no tengo una idea nueva o un tema nuevo que presentar. Pero Dios me recuerda que la repetición es la forma en que aprendemos. ¿Tú, como yo, tienes que aprender y volver a aprender y volver a aprender Las lecciones que Dios quiere enseñarte? Estoy asombrada por la paciencia de nuestro Señor, al ver lo lenta que soy para aprender y obedecer verdaderamente todo lo que sé.

Dios trabajará en un área de mi vida y creo que he progresado. Luego miro hacia atrás unas semanas o meses después y me doy cuenta de que necesito aprender de nuevo lo que Dios ya me ha enseñado. Con qué facilidad lo olvido; con qué facilidad vuelvo a los viejos hábitos y formas de pensar equivocadas.

Lo que estoy aprendiendo de todo esto es que debo estar preparada para volver a aprender muchas veces las cosas que ya aprendí. Debo volver atrás y repetir porque la repetición es absolutamente esencial para mí. Pienso en el versículo del antiguo himno que dice: “Propenso a divagar, Señor, lo siento; propenso a dejar al Señor que amo”. Verdaderamente “propenso a divagar” es una buena descripción de mí. ¿Y de ti?

Si te encuentras en este mismo dilema. Aprenda a volver a aprender. Regresa y escucha nuevamente lo que Dios ya te ha enseñado. Revisa bastante. Si hubo libros que hablaron a tu corazón, léelos de nuevo. Si has escuchado mensajes que te han impactado, escúchalos una y otra vez. Repite y repite lo que ya sabes.

Y esa es otra buena razón para llevar un diario de las cosas que Dios te está diciendo y lo que has estado aprendiendo de la Biblia, para que puedas volver atrás y volver a leer aquellas cosas que de otra manera olvidarías. Es una buena forma de volver a aprender.

Indudablemente me has escuchado repetir lo que dije antes, empaquetado de manera un poco diferente, pero no obstante repetitivo de devocionales anteriores. Eso es tanto por mí bien como por el tuyo, porque las cosas que enseño son las que estoy aprendiendo, y necesito mucha repetición. Planea volver a aprender, de modo que no seas propenso a desviarte de las lecciones buenas y básicas que Dios ya te ha enseñado.