Play

Quiénes somos crea transformación

¿Quién piensas que eres? Puede parecer una pregunta tonta. No solemos pensar o considerar esa pregunta. Estamos más acostumbrados a la pregunta “¿a qué te dedicas?” Especialmente cuando se conoce a alguien por primera vez, surge inevitablemente la pregunta: “¿A qué te dedicas?”. Estamos tan acostumbrados a identificarnos por lo que hacemos. Pero, ¿y si tuviéramos que operar desde una pregunta diferente? ¿Quién soy yo?

Si bien lo que hacemos tiene importancia, Dios está más preocupado por quién soy… cómo me estoy mostrando en el mundo, en el trabajo y en mis relaciones. Hazte la pregunta, “¿cómo estoy comprometido con la gente que me relaciono?” Por ejemplo, si me preguntaras qué hago, te diría que soy entrenadora, capacitadora de liderazgo y directora del ministerio de mujeres. Eso es lo que hago por mi trabajo y mi vocación. Puedes responder a esa pregunta diciendo que soy madre, médico, abogado, maestro, masajista o representante de servicio al cliente. Eso es lo que haces. Pero independientemente de lo que hagas, ¿con quién estás comprometido a ser?

La Biblia nos da muchos ejemplos de quiénes estamos llamados a ser. Y como mujer que ama y sigue a Jesús, aquí hay algunos de esos ejemplos:

En 1 Corintios 13 vemos que estamos llamados a ser pacientes y amables. Colosenses 3:12 nos llama a revestirnos, a SER… compasivos, amables, humildes, perdonadores, amorosos y agradecidos. Y en Gálatas 5:22 vemos quiénes somos llamados a ser, a medida que crecemos en el fruto del Espíritu Santo; amorosos, alegres, pacíficos, pacientes, amables, bondadosos, fieles, gentiles y mostrando dominio propio, mostrando moderación en nuestros pensamientos, emociones y acciones. Otros ejemplos que vemos en la palabra de Dios incluyen ser generoso, valiente, misericordioso, humilde; los rasgos de carácter siguen y siguen.

Si bien lo que hacemos puede cambiar a lo largo de nuestra vida, lo que estamos llamados a ser, lo que somos, no cambia según nuestras circunstancias. Es lo que somos independientemente de lo que nos esté sucediendo o esté sucediendo a nuestro alrededor.

Entonces, ¿con quién estás comprometido a ser? ¿En qué cualidades de la semejanza a Cristo te está llamando Dios a crecer? Dios no está tan preocupado por lo que haces sino por quién eres y en quién te estás convirtiendo. Y la asombrosa noticia es que tenemos el poder transformador del Espíritu Santo en nosotros para ayudarnos a crecer. Pídele al Espíritu Santo que resalte las cualidades cristianas que quiere producir en ti. Mientras te enfocas en quién eres, observa cómo se transforman tu vida y tus relaciones.