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Quiero que sepas que Jesús sabe dónde vives. Y entiende que, como seguidor de Cristo, no vives en territorio amigo, pero quiere que tú y yo permanezcamos fieles a su nombre, incluso en medio de esta tierra extranjera.

Por ejemplo, Jesús sabe que vivimos en un mundo que cree que poseer y tener son las marcas registradas del éxito. Donde el dinero es poder y la influencia se compra y se vende. Donde tu mérito y tu valía a menudo se basan en tu cuenta bancaria.

No es fácil vivir en esta tierra extranjera y no ser picado por el gusanillo del dinero. Jesús nos dijo que no podemos servir a Dios y al Dinero, con “D” mayúscula en Dinero, porque quiere que entendamos que el dinero tiene poder espiritual. Eso significa que puede ejercer una influencia increíblemente fuerte sobre nosotros y hacer que hagamos cosas que de otra manera nunca soñaríamos.

Hemos visto a muchas personas que han sido sorprendidas haciendo todo tipo de cosas malas por dinero. Y podemos pensar que nunca haríamos eso. Pero no estés tan seguro. El dinero te corrompe rápidamente y todos somos susceptibles a su poder.

¿Qué podemos hacer, viviendo en este mundo donde el dinero es el rey, para evitar ser atrapados en esta red de codicia? Primero, debemos orar constantemente por el poder del dinero en nuestras vidas. A menudo oro: “Señor, hazme sin posición ni posesiones”, y por eso quiero decir: “Hazme consciente de que nada poseo; todo lo que tengo es un regalo tuyo y tu nombre está en el título. Y cualquier posición que tenga es una oportunidad para mí de servirte a ti y a los demás. Así que ayúdame a recordar que no tengo posición ni posesiones”.

¿Eres dueño de cosas o tus cosas te poseen a ti? Una cosa que te liberará del poder del dinero es simplificar tu vida y deshacerte de algunas cosas. ¿Encuentras esto tan difícil de hacer como yo? Todo lo que tienes que hacer es caminar por cualquier centro comercial o navegar por Amazon, y puedes ver una docena de cosas con las que crees que no podrías vivir, y el poder de esas cosas comienza a tomar el control. Tal vez necesitemos dejar de comprar; simplemente deja de mirar para que no seamos tentados.

Si queremos permanecer fieles al nombre de Jesús, debemos poner disciplinas en nuestras vidas que nos liberen del poder del dinero y la codicia. Jesús sabe dónde vivimos y sabe que todos los que nos rodean tienen hambre de dinero. Pero él puede darnos el poder de vivir libres de esta codicia si se lo permitimos.