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¿Quién eres tú? Esta es una pregunta muy importante, pero a menudo tenemos las respuestas incorrectas. Incluso aquellos de nosotros que nacimos de nuevo, que estamos dedicados al Señor Jesucristo, con demasiada frecuencia dejamos que el mundo nos meta en su molde y nos definimos con criterios equivocados.

Hice eso durante muchos años y me llevó a una montaña rusa emocional, a una vida centrada en mí misma y a un estilo de vida pecaminoso. Podría ser la causa de gran parte del dolor y la lucha que estás teniendo en tu vida en este momento. Si no estás contento con quien eres, deseas ser como los demás, te sientes engañado porque no tienes lo que quieres, te sientes culpable porque no has estado a la altura de las expectativas de los demás o las tuyas, es muy probable que hayas caído en esta trampa de identificarte incorrectamente. Realmente no sabes quién eres

Quiero ir a las Escrituras para mostrarte quién eres en Cristo, en caso de que lo hayas olvidado o tal vez nunca lo supiste.

Eres la creación intencional de Dios.

No eres un accidente de la naturaleza o un error que cometieron tus padres. En Colosenses 1:16 leemos:

porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible.  Todo fue creado por medio de él y para él.

¡No solo fuiste creado por él, sino para él! La profundidad de esta verdad cambia la vida. Y tú y yo fuimos creados por el Dios Todopoderoso, y fuimos creados para él, para sus propósitos, por sus razones. Sólo ese conocimiento trae significado a nuestras vidas.

Una querida amiga que ahora está con Jesús llegó a la fe salvadora cuando era adulta, y nunca olvidaré cómo esta verdad transformó su vida. Su madre le había dicho toda su vida que había sido un accidente, un parto no planificado, y su nacimiento había complicado la vida de su madre. Entonces, llegar a conocer a Jesús significó que ella finalmente entendió que ella no fue un accidente. Ella fue creada por Dios para su propósito.

Y eso también es cierto para ti. Entonces, ¡no olvides quién eres hoy! Eres la creación intencional de Dios, su obra.