Play

Quiero darte algunas palabras de sabiduría para el trabajo. Primeras palabras de sabiduría: háblate a ti mismo con palabras de aliento, no negativas.

En el Salmo 42 y 43 notarás que esta frase se repite a menudo: “¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!”. Evidentemente, el escritor estaba luchando con la depresión, con el desánimo, con el aburrimiento, al igual que tú y yo luchamos de vez en cuando. Y hablaba consigo mismo como una forma de pronunciar las palabras correctas en su mente y revertir su pensamiento erróneo.

En el versículo 6 del Salmo 42, leemos: ” Ahora estoy profundamente desalentado, pero me acordaré de ti…” Ahora bien, esta es una muy buena técnica y hábito para que todos aprendamos. Cuando te sientas deprimido, debes obligarte a recordar y recitar en voz alta la bondad de Dios hacia ti en tiempos pasados.

¿Estás pasando por un momento difícil hoy? Entonces, detente ahora mismo y habla contigo mismo; encuentra algún lugar donde puedas decir algo como: “Mira, Mary, ¿cuál es tu problema? El Dios de todo el Universo te ama y se preocupa por ti, ha satisfecho tu necesidad una y otra vez”.

Noté en el Salmo 42 y 43 que el escritor también verbalizó sus dudas. “¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué me has rechazado?” Expresó esas dudas y preguntas en voz alta a Dios, pero inmediatamente volvió a la verdad de alabar a Dios y esperar en Dios.

Cuando me encuentro dudando y cuestionando a Dios, trato de expresarlo en voz alta. “Señor, siento que no estás allí. PERO yo sé que si Señor. POR LO TANTO, confío en ti, pongo mi esperanza en ti. Tú eres mi Salvador y mi Dios”.

Entonces, habla contigo mismo. Creo que es un principio bíblico que debemos incorporar a nuestras vidas para ayudarnos a encontrar la victoria en los altibajos cotidianos de la vida.