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(Presentado por Lisa Bishop)

No sé tu, pero creo que tenemos un problema de amor.

En mi experiencia personal y mientras ministraba a cientos de mujeres, hay un tema común, una pregunta subyacente común a la que creo que todos estamos tratando de obtener una respuesta. ¿Dios realmente me ama? Ahora no estoy hablando de poder ensayar versículos de la Biblia sobre el amor de Dios (aunque eso es muy importante). A lo que me refiero es a experimentar y recibir el amor y el afecto de Dios en la medida en que se filtra en lo más profundo de tu corazón, alma y mente. Me refiero a estar convencido hasta el fondo de tu ser de que eres profundamente amado por Dios. ¿Estás absolutamente convencido de que el afecto de Dios por ti es grande? Lucho por creer y recibir plenamente el amor inquebrantable de Jesús. Supongo que tú también.

Estaba celebrando el cumpleaños de una amiga este fin de semana y todos los invitados rodearon la mesa y todos compartimos algo que nos atrajo hacia ella. Esa fue una respuesta fácil para mí…. Mi amiga está absolutamente convencida de que Jesús la ama. Ella tiene tanta confianza en su afecto por ella, que es muy cariñosa e inspiradora. Y por la forma en que vive su vida, se puede decir que recibe el amor de Dios, hasta el fondo.

¿Por qué a menudo fallamos en recibir y creer en el amor de Dios? Quiero decir, la evidencia de su amor está en toda la Biblia.

1 Juan 3:1 dice: ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios!”

Como hijo de Dios, él derrama su amor sobre ti. Y no hiciste nada para ganarte su amor. El mayor acto de amor de Dios hacia ti fue sacrificar a su hijo. La muerte de Jesús en la cruz fue la mayor muestra de amor que el mundo haya visto jamás. Y, sin embargo, nos cuesta mucho recibirlo.

Una de mis oraciones favoritas en la Biblia es la oración de Pablo en Efesios 3. Recibe estas palabras como una oración por ti y ábrete para permitir que penetren en tu corazón.

“Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra. Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios” (Efesios 3:14-19).

Tómate el tiempo para simplemente sentarte y estar agradecido con Dios. Dile a Jesús: “Gracias porque tu amor por mí es tan extravagante, ayúdame a recibir plenamente tu amor y ayúdame a ser tu amor para los que me rodean”.