Play

Presentado por Lisa Bishop

¿Alguna vez te has sentido temeroso, ansioso o deprimido? ¿Abrumado por la oscuridad que parece rodearte por todos lados? Ha habido momentos en mi jornada cristiana que se han sentido oscuros. Tramos de días y a veces semanas o meses en que me ha pesado el cansancio. Y tiempos inciertos y dolorosos en los que me he esforzado mucho por cobrar esperanza mientras me aferraba a Dios tratando de recordar su fidelidad.

¿Has experimentado eso? Si ha estado siguiendo a Jesús durante algún tiempo, llegarán temporadas en tu vida en las que la oscuridad tratará de abrumarte. Es en esos momentos cuando elegir una nueva perspectiva te ayudará a salir adelante. No nos gustan las estaciones oscuras. Parecen infructuosas e improductivas. Pero si tratas de ver la oscuridad con nuevos ojos, puede producir esperanza.

Me recuerda a una semilla. Cuando intentas cultivar una nueva planta o un jardín de tomates, ¿qué haces con las semillas? ¡Tú las entierras! La esperanza de producir algo hermoso y fructífero comienza con ser enterrado bajo tierra y rodeado de tierra. Es en la oscuridad que, con el tiempo, la semilla brota en el suelo y comienza a levantarse, rompiendo la superficie. Lo que una vez estuvo enterrado se vuelve floreciente y fructífero.

Nuestras semillas de fe son similares. Aquí es cuando debes elegir ver la oscuridad como un momento en el que Dios está contigo y te provee en cada estación, incluso en la oscuridad. Porque así es Dios. El es proveedor. Eso significa que incluso en los momentos más difíciles hay provisión, pero requerirá una nueva perspectiva y esperanza en la espera.

Romanos 8:26-28 (MSG) nos recuerda:

“En el momento en que nos cansamos de la espera, el Espíritu de Dios está justo al lado ayudándonos. Si no sabemos cómo o qué orar, no importa. Él hace nuestra oración en y por nosotros, haciendo oración con nuestros suspiros sin palabras, nuestros gemidos de dolor. Él nos conoce mucho mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos, conoce nuestra condición y nos mantiene presentes ante Dios. Por eso podemos estar tan seguros de que cada detalle de nuestra vida de amor por Dios se transforma en algo bueno”.

Así como la semilla de la planta necesita ser regada, nutrida y expuesta a la luz del sol, tu fe también. Para experimentar plenamente la perspectiva llena de esperanza de las temporadas oscuras, deberás nutrir tu fe pasando tiempo leyendo la Biblia, recibiendo el amor de Dios, ensayando la verdad de Dios y orando oraciones de acción de gracias. Estas prácticas serán el alimento, la protección y la provisión que necesitas para que tu fe florezca.

Cuando te sientas rodeado por la oscuridad, recuerda que Jesús es quien finalmente te rodea, te cubre y te acorrala por todos lados. Las semillas brotan en la tierra. Todo lo que necesitas es fe del tamaño de una semilla de mostaza.