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¿Has notado lo selectivos que pueden ser nuestros recuerdos? Tú y yo podemos recordar los males que nos han hecho para siempre, ¡pero olvidamos tan fácilmente las cosas buenas!

¿Cómo comenzamos a lidiar con los males que nos han hecho? Identifiquemos algunos de los más comunes:

Traición: cuando te traicionan, especialmente si te traiciona alguien cercano a ti, en quien confiabas, eso es un dolor profundo. David expresó esto en el Salmo 55: 12-14:

No es un enemigo el que me hostiga; eso podría soportarlo. No son mis adversarios los que me insultan con tanta arrogancia; de ellos habría podido esconderme.  En cambio, eres tú, mi par, mi compañero y amigo íntimo. ¡Cuánto compañerismo disfrutábamos cuando caminábamos juntos hacia la casa de Dios!.

Es por eso que la traición dentro de las familias es tan dolorosa y tan difícil de superar. Viene de alguien —un compañero, un hijo, una hermana, un hermano, un padre— de quien, con razón, esperamos que nunca nos traicione y, sin embargo, lo hace.

Promesas incumplidas: Proverbios 13:12: ” La esperanza postergada aflige al corazón, pero un sueño cumplido es un árbol de vida”.

Una “esperanza postergada” es una promesa rota y nos enferma el corazón.

Confianzas rotas: cuando compartes tu corazón con alguien y esperas que mantenga tu confianza, puede ser devastador descubrir que se lo ha repetido a otros.

Proverbios 11:13: “Un chisme traiciona una confianza, pero una persona digna de confianza guarda un secreto”.

Acusaciones falsas: ya sea una mentira que una persona celosa dijo sobre ti o una batalla legal en un tribunal de justicia, las acusaciones falsas pueden ser muy profundas y levantar muros tan altos que parecen prácticamente imposibles de derribar.

Abuso: El abuso se presenta de muchas formas y prevalece en nuestro mundo.

Estos son solo algunos ejemplos de los males que nos han hecho. Pero aquí hay algunas buenas noticias:

Isaías 54: 17a: “Ningún arma forjada contra ti prosperará, y refutarás toda lengua que te acuse”.

Salmo 9: 9: “El Señor es refugio para los oprimidos, fortaleza en tiempos de angustia”.