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(Presentado por Lisa Bishop)

Todos experimentamos el cambio. Si no lo hiciéramos, no estaríamos creciendo, la vida estaría estancada. Cuando pienso en el cambio, hay dos categorías que me vienen a la mente. Cambio que iniciamos o cambio que experimentamos que se nos impone y que no es necesariamente bienvenido.

Conozco a bastantes personas que están en medio de un cambio de carrera. Algunos amigos han perdido sus trabajos, mientras que otros han decidido dejar su trabajo actual por algo nuevo. El cambio puede ser emocionante. También puede dar miedo. El cambio puede sentirse liberador, también puede producir ansiedad, independientemente de si tú lo iniciaste o no.

En el curso de la vida, una cosa es cierta… el cambio es inevitable. Entonces, la pregunta es, ¿qué hacemos cuando el cambio se siente abrumador?

Una sola cosa: seguir el viejo dicho: “Tóma un día a la vez”. Si bien es importante tener una visión para el futuro y una dirección general de hacia dónde se dirige nuestra próxima fase de la vida o carrera, a menudo puede resultar abrumador cuando solo nos enfocamos en el panorama general. Podemos sentirnos nerviosos, frustrados e incluso un poco paralizados.

A medida que experimentas un cambio de vida, pregúntate: “¿Qué puedo hacer hoy para avanzar hacia mi visión y metas? ¿Qué paso de acción puedo tomar ahora que me impulsará en la dirección de lo que sigue?”

Por ejemplo, si te encuentras en medio de una búsqueda de empleo y sientes pánico por el futuro, ¿cuáles son los pasos que puedes tomar hoy? Tal vez sea obtener ayuda para escribir tu currículum o aplica a cinco vacantes en línea. Tal vez sea tomar un curso que te ayude a ser más comercial o comunicarte con amigos para que te ayuden a establecer conexiones en tu campo de interés. Tal vez vayas a una capacitación de networking. Cuando el futuro se sienta abrumador, desalentador e incluso imposible, acércate a él asumiendo solo un poco a la vez.

Y si actualmente te encuentras en un espacio de miedo, ansiedad y agobio, recuerda anclarte en Jesús. Si bien tus circunstancias pueden ser cambiantes e inciertas, recuerda esta verdad de Hebreos 13:8: “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos”. Si bien el futuro puede sentirse incierto en medio del cambio, Jesús nunca cambia. Él es fiel y digno de confianza. Es un compañero confiable en medio de cambios que alteran la vida. Jesús está contigo y te ayudará. El Espíritu Santo te dará sabiduría cuando se la pidas.