Play

Las relaciones rotas crean todo tipo de problemas, ya sean relaciones laborales, familiares o incluso un amigo ocasional. ¿Cómo debemos lidiar con las relaciones rotas, heridas o tóxicas?

Una mujer me dijo que no podía participar en la celebración de Navidad de su familia como de costumbre, porque su hermano estaría allí y ella ya no habla con su hermano. Un amigo mío está ahora en medio de una relación matrimonial rota, un matrimonio de más de treinta años. No es su culpa que la relación se haya roto y está haciendo todo lo posible para repararla. Pero su dolor ha sido palpable.

Otra amiga fue “reducida” de una organización y sintió que la decisión fue extremadamente injusta. Provenía de personas en las que había confiado como amigos. Pero ahora esa relación laboral se ha roto y ha provocado una ruptura constante entre ella y la gerencia que una vez respetó.

Piensa en las relaciones rotas en tu propio mundo, ya sean tuyas personalmente o aquellas que conoces. Considera el efecto dominó que tienen las relaciones rotas y heridas, no solo en las personas directamente involucradas, sino inevitablemente en muchas otras también.

¿Estamos condenados a tener que vivir con estas relaciones rotas? ¿Cuál es nuestro deber y responsabilidad al intentar reparar una relación rota?

La “solución” de Jesús para las relaciones rotas

Considera lo que Jesús nos enseñó a hacer cuando una relación se ha roto o se ha herido.

“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” (Mateo 5: 23-24).

Jesús dijo que reparar las relaciones rotas tiene prioridad sobre las actividades y deberes religiosos. Jesús nos enseñó que reparar las relaciones rotas tiene una prioridad muy alta.

Si tienes una relación rota en tu vida, ¿qué podrías hacer para comenzar el proceso de curación?