Play

¿Sabes lo que significa darte un poco de gracia? Estoy descubriendo que este nuevo mundo en el que todos estamos tratando de encontrar nuestro camino requiere mucha gracia. Gracia que damos a los demás y gracia que nos damos a nosotros mismos. Simplemente aprendiendo a pasar por alto algunas cosas que nos irritan, dejando de lado algunas expectativas de los demás, a veces dejando ir un pequeño comportamiento inapropiado porque entendemos el aumento del estrés en el que estamos todos.

La historia de Fran y Jesús en el trabajo es una historia que comencé para mostrarnos cómo aprovechar al máximo la verdad de que Jesús nunca nos deja o nos abandona, y necesitamos reconocer y confiar en su presencia todo el tiempo. Como la rutina de Fran se ha convertido en una madre que se queda en casa y una empleada que trabaja desde casa, usar ambos sombreros las 24 horas del día, los 7 días de la semana, ha resultado ser un desafío. Situaciones estresantes como esa sacan fácilmente lo peor de nosotros.

Pero con el acuerdo y las sugerencias de los niños, han establecido algunas pautas nuevas y acordaron algunos límites nuevos, para que Fran tenga el tiempo ininterrumpido que necesita para hacer su trabajo, y los niños tendrán toda su atención en otros momentos establecidos.

“Mamá”, dice Drew, “es hora de que dejes de trabajar para que podamos ir a la tienda”. Fran se da cuenta de que Drew tiene razón, eso está en su horario, por lo que sale de la oficina de su comedor, y se amontonan en el automóvil para hacer algunas compras necesarias y, por supuesto, cenar en su restaurante favorito de pollo. Los niños ven este nuevo arreglo como una gran ventaja, y Fran se da cuenta de que hoy hizo mucho más porque se mantuvieron en la programación.

Este episodio de Fran y Jesús en el trabajo es solo un recordatorio de que incluso en estas aguas inexploradas, Jesús está allí con nosotros, y aunque todo es nuevo para nosotros, no lo es para Jesús. Si te sientes un poco más frustrado de lo habitual, date un poco de gracia. Ora al respecto y, con la ayuda de Dios, haz todo lo posible para NO descargar tu frustración en los demás. Pero si no tienes éxito, confiésalo y luego déjalo ir. Cuando te das un poco de gracia, creo que te hace más consciente y dispuesto a dar gracia a los demás. Necesitamos gracia sobre gracia para ayudarnos unos a otros en estos tiempos.