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¿Sabías que es posible quedar atrapado en la pereza?

He notado que la pereza engendra pereza. En otras palabras, cuanto más tiempo una persona permanece en modo perezoso, simplemente pasandola, haciendo solo lo que es absolutamente necesario, sin perseguir nunca un sueño o una visión, esa persona está cada vez más estancada. Es más y más difícil salir del modo perezoso cuanto más tiempo permaneces allí.

Creo que se debe a que la pereza se convierte en la norma; no te pides nada más; ni siquiera cuestionas tu falta de ambición o impulso. ¿Pero sabes cómo ve Dios la pereza?

Cuando Jesús contó la parábola de los talentos, como se encuentra en Mateo 25, el único siervo que era perezoso y no usó su talento para el bien, sino que lo escondió, ese siervo fue severamente reprendido. El amo lo llamó siervo malvado y perezoso. La pereza no se trataba como un estado inofensivo, sino más bien como un estilo de vida perverso y pecaminoso.

¿Cómo saber si estás atrapado en la pereza? Creo que una señal es que te inventas excusas: por qué no te involucras en las cosas, por qué no puedes ir aquí o hacer eso. Te has convencido de que tienes buenas excusas para ser vago.

He visto a una amiga pasar por un tratamiento de quimioterapia intensivo durante el último año. Ella ha tenido excusas muy legítimas para simplemente retirarse de todo y no hacer nada. Pero ella no lo ha hecho. A lo largo de estos meses en los que la quimioterapia ha agotado sus fuerzas, nunca la ha usado como excusa y simplemente ha continuado, en la medida de lo posible, participando como siempre, sirviendo a los demás y preocupándose por los demás.

La pereza es en su mayor parte una elección que hacemos, y por lo tanto, es nuestra elección salir de ese modo de pereza y despegarnos. Créeme, la vida abundante que Jesús vino a darnos es cualquier cosa menos perezosa, y esa actitud de siervo trae el gozo del Señor, y su gozo se convierte en nuestra fortaleza. Si has estado atrapado en la pereza, oro para que te tomes en serio pedirle perdón a Dios y avances hacia las cosas buenas que Dios tiene para ti.